El cuadro artístico San Pablo de Tarso de la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas (Pueblo Nuevo) invita a los fieles católicos a presenciar la edición 60 del Viacrucis Viviente basada en la obra de teatro "El Eterno Redentor", sobre la vida de Cristo, que se llevará a cabo los próximos jueves y viernes santo, es decir, el 14 y 15 abril, en los campos de la cohetería.
Cabe señalar que la primera ocasión que se presentó fue en 1960, sin embargo, se suspendió por dos años debido a la pandemia. La última representación se cumplió en 2019, por lo que ahora sus participantes confían en poder reanudar esta tradición católica.
El viacrucis (camino de la cruz) es una antigua devoción practicada por los católicos que consiste en acompañar a Jesús en su Pasión y Muerte. Esta se lleva a cabo en la Semana Santa.
Para su representación en la localidad de la ciudad de Puebla, los más de 500 actores realizan ensayos los domingos desde el 2 de enero pasado, ya que buscan deleitar a los asistentes con las nuevas adaptaciones al guión original.
Heriberto Morales López, director de la obra, informó que la representación iniciará el Jueves Santo entre las 19 y las 19:30 horas, por lo que se prevé que la primera parte termine entre la medianoche o una de la mañana.
“El viernes empezamos entre 9:30 y 10 de la mañana para terminar aproximadamente a las 7 u 8 de la noche”, explicó el sobrino del autor de la obra. Para ello, los actores están desde el mediodía hasta las 18 horas “en la casa del doctor Jorge Morales Flores”.
Del nuevo elenco, dio a conocer que fueron seleccionados por sus características y virtudes: “En el caso de Jesús siempre nos han pedido que sea bien casado o bien soltero. En este caso, Jesús es bien casado: no fuma, no toma y tiene un comportamiento, dentro de lo social, intachable, para que no podamos encontrar alguna anomalía; la Virgen María, igualmente”.
Respecto al resto del elenco, indicó que se eligió con base en su posible desempeño con determinado papel: “Algunos pueden llorar, algunos no y dependiendo de sus características y elementos los vamos eligiendo en los diferentes papeles”.
Por lo anterior, Heriberto Morales alberga la esperanza de que un nutrido número de personas acuda a acompañarlos: “Fueron dos años que estuvimos detenidos, siguiendo las indicaciones de las autoridades”.
Reveló que para esta edición se han renovado las escenas: “Estuvimos dos años pensando cómo podíamos cambiar (…) son escenas totalmente distintas (...) Algunos de los cambios son en María de Magdala, en Salomé (…) en la adúltera, en los esclavos. Hay muchísimos cambios”, remarcó.
Por ello, dijo que el aforo máximo será de 2 mil personas, más los asistentes a lo largo del trayecto de 2 kilómetros, el cual inicia con el recorrido de Jesús en las principales calles de la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas. En el camino, las escenas más impactantes son el azote de los romanos a los esclavos y la crucifixión. Para esto último, el director dijo que la cruz tiene un peso estimado de 110 kilos.
La producción, que contempla sonido y escenario, tiene un costo aproximado de 40 mil pesos, ya que el vestuario corre por cuenta de los actores: “El más barato es el de los esclavos, que es de manta, con huaraches; y los más caros son los de los romanos que llegan a ser aproximadamente de 35 mil a 40 mil pesos”, precisó.
Asimismo, Heriberto comentó que se recibirá el apoyo de las autoridades con la presencia de Bomberos, Seguridad Pública y Protección Civil: “También nos dan recurso que ocupamos para rentar el foro, baños portátiles y sonido”.
Por último, dijo que la compañía está atenta a las indicaciones y disposiciones de las autoridades, en especial, si los actores deben o no portar cubrebocas: “Tenemos las copias de los certificados de vacunación de cada uno y estamos esperando las de los pequeños, que es lo que nos preocupa”.
“Hago a Cristo por devoción”, afirma el actor Lucio Flores
José Lucio Flores Moreno es el rostro de la Pasión de Cristo que se presentará durante la Semana Santa en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas. La representación viviente se basa en la obra de teatro "El Eterno Redentor".
Para el otrora panadero de 39 años, esta será su tercera y última actuación con el papel principal, ya que así está establecido: “Quisiera más tiempo, pero así son las reglas”, dijo.
Durante cinco años se ha mantenido bajo un estricto régimen físico y espiritual, toda vez que entre los requisitos, además de ser originario del lugar, está el ser “bien” casado, cumplir con sus obligaciones religiosas y labrarse un camino con papeles menores en la representación, como el de romano o apóstol, pues tiene que ser un hombre probo.
Él tiene prohibido fumar y consumir alcohol, así como verse involucrado en algún conflicto o ser un mal ejemplo para su comunidad. Su preparación física es fundamental, toda vez que carga una cruz de 120 kilos, lleva una corona de espinas y es azotado durante horas.
“Son muchos meses de dieta, de ir al gimnasio, de andar haciendo ejercicio, es mucho, mucho trabajo. Además de eso, es prepararse espiritualmente”, dijo.
A ello habrá que añadir que tiene que cubrir todos los ensayos y tener sus parlamentos listos, pero nada lo amedrenta y desde ahora tiene un minucioso cuidado en cada detalle. Cabe señalar que la suspensión del viacrucis por dos años debido a la pandemia le generó mucha tristeza pues ama “al cuadro como a mis hijos y (…) no hacerlo sí me pegó a mí”.
Por ello, evocó que desde niño está involucrado pues su padre suma 40 años de participación en esta obra: “Aquí me crié y me dije: ‘Voy a participar y participar para llegar a ser el Cristo que ahora soy’. Afortunadamente se dio la oportunidad, nos ofrecieron el papel y lo aceptamos”.
Comentó que cuando sus compañeros de trabajo se enteraron que iba a salir en la representación le cuestionaron por qué lo hacía: “Me preguntaron si me pagaban, pero les aclaré que lo hago por devoción, por darle un mensaje a la gente (…) no lo hago por pagar una manda, lo hago de corazón”.
Asimismo, afirmó que cada año su participación le deja muchas enseñanzas: “La escena que más me gusta es la visita de Jesús a su mamá y el bautizo de Jesús es la que me fascina. Le soy honesto, no resisto la Despedida, cuando Jesús se despide de su mamá, la verdad sí me quiebra. Es una escena muy corta, pero es muy tensa, de mucho dolor, tristeza, esa es muy dura para mí”.
En tanto, María Fernanda Pérez Martínez representa a la Virgen María. Dicho papel se lo dieron hace cuatro años y “era un sueño que tenía desde chiquita”, dijo.
En ese sentido, sabe de la importancia de su nominación, por lo que a la par de los ensayos, repasa cada vez que tiene oportunidad los diálogos en su hogar: “Hubo muchos cambios. Hay algunas escenas que son cortas y otras que son más largas que hace dos años”. Indicó que encarnar a la virgen le “emociona mucho (…) en las escenas fuertes lloro mucho y fuera de las escenas todavía tengo el sentimiento dentro”.
Por su parte, Monserrat Muñoz Orea cumplirá su cuarto año de representar a María Magdalena y 16 dentro del elenco, ya que inició a los cinco años de edad. En este tiempo cubrió los papeles de María, pueblo, enferma, paralítica y ángel.
Su participación en el viacrucis, aseguró, le ha generado muchos cambios, en especial le ha hecho apegarse más a su familia y a la religión: “Respetamos mucho las festividades, el mero día hacemos ayuno. Hasta que termina la obra es como comemos”.
Mientras que Miguel Ángel de la Rosa Reyes hace el papel de Tiberio César, el emperador de Roma, a quien le impresionan las escenas Circo Romano y Esclavos: “Estoy aquí desde los ocho años, al principio no me querían traer porque las escenas son reales, pero mi madre, que en paz descanse me trajo, tengo 32 años participando”.
Por último, Gerardo Chian Martínez, con una experiencia en esta puesta en escena de 18 años, protagoniza a Herodes Antipas, aunque para él el haber representado al Joven Rico es el que más le ha llenado: “Es millonario y Jesús le pide que se despoje de sus riquezas y es cuando entra en conflicto consigo mismo (…) Él piensa que por su riqueza va a llegar al cielo, pero no, al contrario, rico es de corazón más no de riquezas”.
AFM