Advierten sobre los costos de la tecnología en el desarrollo infantil

Especialista habla sobre el uso excesivo e inadecuado de dispositivos móviles y señala que la intervención temprana es primordial; la mejor política es actuar antes de que los problemas se agraven

Estudios revelan que algunos niños pequeños mejoran en sus síntomas cuando los padres eliminan el uso de las pantallas (Especial)
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

En la era digital actual, la integración de la tecnología en la vida cotidiana es inevitable, pero con ella vienen preocupaciones significativas sobre su impacto en el desarrollo de los niños y adolescentes. Luisa González Aguilar, psicoanalista con vasta experiencia en atención infantil, advierte sobre el uso excesivo e inadecuado de teléfonos y otros dispositivos móviles y señala que la intervención temprana es primordial, y la mejor política social es actuar antes de que los problemas se agraven.

La observación clínica, relata González, ha demostrado que tanto niños como adultos experimentan efectos adversos debido al uso prolongado de computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes. Los síntomas de condiciones graves como el autismo pueden intensificarse en los niños pequeños que son expuestos excesivamente a estas tecnologías: “Estudios de casos clínicos han descubierto que algunos niños pequeños mejoran en sus síntomas cuando los padres eliminan el uso de las pantallas”.


¿Qué efectos tiene el uso excesivo de tecnología en los niños?


Un aspecto destacado por la psicoterapeuta es el papel contradictorio de los padres, quienes, mientras a menudo están inmersos en sus propios dispositivos, ofrecen tecnología a sus hijos bajo la premisa de beneficios educativos o de comunicación. Sin embargo, la falta de información sobre los riesgos asociados con su uso, conduce a una falta de precauciones necesarias, especialmente con los más pequeños.

Neurólogos pediatras han identificado múltiples efectos nocivos derivados del uso excesivo de tecnología, que incluyen insomnio e irritabilidad; retrasos en el desarrollo del lenguaje y problemas de atención, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad; problemas sensoriales y motrices, incluyendo episodios de epilepsia fotosensible; problemas emocionales y sociales como ansiedad en preadolescentes; y síntomas de trastornos como el autismo y la bipolaridad debido a cambios en la corteza prefrontal”, explica la especialista.

Para mitigar estos riesgos, González sugiere limitar el tiempo frente a la pantalla a menos de dos horas diarias fuera del horario escolar, evitar dispositivos en las habitaciones de los niños, y discutir críticamente el contenido que consumen en línea.

Investigaciones indican que, agrega la psicoanalista, la sustitución de métodos tradicionales de enseñanza por tecnología puede no ser beneficiosa, especialmente para niños pequeños cuyo desarrollo cerebral está en su etapa más crítica. En casa, la dependencia de la tecnología para calmar o recompensar a los niños también reduce las interacciones esenciales para su desarrollo emocional y cognitivo.


La alternativa no es eliminar la tecnología, sino equilibrarla con actividades que fomenten la creatividad y la interacción social. González enfatiza la importancia de actividades como el juego, el canto y el baile, y recomienda talleres de expresión creativa que han mostrado beneficios significativos en la socialización y el manejo emocional de los niños.

González resalta una necesidad urgente de políticas preventivas y una mayor conciencia sobre cómo gestionar el uso de la tecnología desde una edad temprana. La adopción de prácticas informadas y el desarrollo de un enfoque crítico hacia la tecnología pueden proporcionar un entorno más saludable y estimulante para el desarrollo de los niños.

Para la psicoanalista, el impacto negativo de la tecnología en los niños no solo es un tema clínico, sino también un asunto de política social que requiere una acción urgente: “Es importante que las políticas se enfoquen en la prevención, más que en el tratamiento, especialmente en países en desarrollo donde el acceso a dispositivos electrónicos está aumentando rápidamente. La falta de apoyo, como la eliminación de guarderías para hijos de madres trabajadoras, agrava aún más el problema”.

¿Qué otras opciones hay fomentar la creatividad de niños?

Además de controlar el uso de la tecnología, es primordial fomentar la creatividad en los niños. González recomienda evitar experiencias de arte restrictivas, como los libros de colorear que limitan la creatividad al requerir que los niños se mantengan dentro de las líneas. En su lugar, promueve la idea de permitir a los niños explorar y experimentar libremente con diferentes materiales y técnicas artísticas, lo cual puede ser fundamental para el desarrollo de habilidades de alfabetización y artísticas desde una edad temprana.

Los talleres de expresión creativa, como los realizados en el Centro para el Desarrollo Neuroconductual (CIDEN) en Hermosillo, Sonora, han mostrado resultados positivos. En estos talleres, los niños no solo aprenden habilidades artísticas, sino que también mejoran en socialización, manejo de emociones y autoestima. Este tipo de actividades proporcionan una alternativa valiosa al uso pasivo de la tecnología y demuestra el poder de los enfoques educativos y terapéuticos enfocados en el arte y la creatividad.

González asegura que la integración de la tecnología en la vida de los niños debe ser manejada con cuidado y consideración. Es fundamental, apunta, equilibrar el tiempo de pantalla con actividades que promuevan la interacción social y el desarrollo creativo: “Los educadores y los padres deben estar bien informados sobre los efectos potenciales de la tecnología y trabajar activamente para implementar estrategias que protejan y fomenten un desarrollo saludable”.

SRN


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