Qué dice la ciencia sobre el "Big One": ¿En verdad ocurrirá?

No hay manera de predecir los terremotos, pero sí de estar preparados cuando ocurra uno

Concentrarse en sólo predecir un terremoto es igual de dañino que no estar preparado para uno. Saber que California es y siempre ha sido una zona de sismos ayudará a diseñar mejores estrategias ante un evento natural que no se puede evitar

Estudiantes de una escuela primara ensayan un simulacro de sismo en California. Foto: GettyImages/David McNew
California /

El término "Big One" se usa para referirse a un terremoto muy grande que podría ocurrir debido a la falla de San Andrés. Sin embargo, esta no es la única falla que ocupa a los científicos. 

San Andrés es la falla principal de California. Es una fractura que corre a lo largo de mil 300 kilómetros de norte a sur. La acompañan las fallas de Hayward, Maacama y San Jacinto, que también han generado sismos o terremotos.

Los científicos han estudiado San Andrés desde hace décadas y tienen una buena comprensión de la zona. Este lugar comenzó a moverse hace unos 30 millones de años y se ha deslizado horizontalmente alrededor de 350 kilómetros.

Se dice que es una "zona" porque se compone de una falla principal y muchas fallas sub-paralelas que en conjunto mueven a las placas del Pacífico y la Norteamericana a razón de dos pulgadas al año. Sus bloques se mueven constantemente, generando terremotos.

¿Cómo se genera un terremoto?

Un terremoto ocurre cuando los bloques rocosos de ambos lados de una falla se mueven en distintas direcciones. Como no son lisos ni planos para resbalar suavemente, sus asperezas frenan el movimiento y se genera una acumulación importante de energía en el sitio.

En determinado momento, la sección atascada no soporta más presión y se desliza, originando un desplazamiento brusco que percibimos con un temblor.

Mapa de fallas de California. Los números muestran el tiempo promedio entre grandes terremotos. Las líneas rojas muestran el alcance de las rupturas históricas. Kate Scharer, USGS/Dominio público

Sólo hay dos grandes terremotos históricos conocidos en la falla de San Andrés en el sur de California, el más reciente en 1857 y antes de ese en 1812. Con aproximadamente 45 años de diferencia, está claro que la falla no se comporta como un reloj con un tictac regular. 

La información histórica no proporciona suficientes datos para establecer si existe o no un patrón en el momento de los terremotos, mucho menos para predecirlos.

Una prueba es que la zona donde ocurrió el terremoto de San Francisco en 1906 tuvo sismos importantes en un período de 70 años entre 1838 y 1906, pero no hubo otros durante los 500 años anteriores a eso, y no ha habido ninguno importante en más de un siglo. 

Los datos en diferentes partes de la zona de falla de San Andrés nos dicen que algunas secciones parecen estar "atrasadas" para un terremoto significativo. 

¿Cuándo ocurrirá el Big One?

Los datos no pueden usarse para hacer predicciones: no entendemos los terremotos lo suficientemente bien como para saber exactamente dónde ocurrirá el próximo terremoto, cuál será la magnitud o exactamente cuándo ocurrirá.

Imaginemos por un minuto que sabemos dónde, qué tan grande y cuándo ocurrirá un terremoto. Uno podría pensar que eso sería bueno porque entonces abandonaría el área y regresaría después del suceso. Pero concentrarse en evitar un terremoto no aborda la mayoría de los efectos del temblor. 

Al regresar a su hogar, probablemente vería edificios y puentes derrumbados, tuberías rotas y restos de incendios. Al entrar a su casa, tropezaría con estantes, vidrios rotos y el contenido de los gabinetes de la cocina amontonados en el piso.

Lo que sí sabemos, es que California es una zona de sismos y debemos estar preparados. Necesitamos diseñar edificios e infraestructura que resista el terremoto o se repare fácilmente, y desarrollar medidas de protección a la población.

Los científicos están trabajando para mejorar los pronósticos que estiman la frecuencia con la que ocurrirán futuros terremotos y cuánto temblará para que los ingenieros y planificadores sepan dónde concentrar esfuerzos para mitigar los efectos dañinos

Así podemos construir ciudades con estructuras adecuadas, planificar la respuesta a un terremoto y estar preparados en casa para marcar una gran diferencia en el impacto de un terremoto significativo. 

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