El pasado 11 de enero, la Junta de Supervisores de San Diego presentó una propuesta ante las autoridades correspondientes para declarar al racismo como una crisis de salud pública.
La propuesta fue autorizada con éxito y ahora, es una realidad.
El presidente de la junta, Nathan Fletcher y la vicepresidenta, Nora Vargas fueron los responsables de dicha propuesta. Esta organización realizó cambios entre sus integrantes en días pasados, construyendo un equipo sólido, que trabaja constantemente por el bien de los habitantes del condado.
“Queremos hacer del Condado de San Diego un lugar en donde no solo hablemos de que las vidas de los negros importan o que los inmigrantes son valorados, sino que también lo sustentemos con nuestras políticas, presupuesto, prioridades y todas las decisiones que tomemos”, dijo Fletcher.
Ante la aprobación de la propuesta, los miembros de la junta se preparan para atender los problemas sociales de una manera en la cual, el beneficio sea para todos, poniendo como prioridad la equidad de género, raza, etnia y respeto en la opinión pública en armonía.
“Esta legislación es mucho más que únicamente una declaración de nuestros valores. Estamos respaldando con políticas diseñadas para abordar el racismo sistémico, y remover las barreras que previenen la diversidad, igualdad e inclusión”, añadieron
La junta de Supervisores de San Diego trabajará para atender otros problemas sociales y económicos, así como los derechos de los internos que se encuentran dentro de las instituciones penitenciarias en el condado.
Con esta aprobación, San Diego se une a otros sitios dentro del estado como Long Beach y Sacramento en catalogar al racismo como una crisis de salud, enfatizando que no habrá tolerancia en dicho aspecto.