Más de 3 mil 326 peregrinaciones de distintas partes del país arribaron a la Basílica de Guadalupe para conmemorar el 488 aniversario de la aparición de la virgen en el cerro del Tepeyac.
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Los feligreses fueron recibidos por coros religiosos que entonaban canciones de alabanza católica y alentaban a mantener la fe como parte de la unidad del pueblo mexicano.
“Saque su teléfono celular y prendan la luz, volvamos a ser luz para el mundo desde la Basílica de Guadalupe”, señalaban los integrantes de los Músicos Católicos Evangelizadores.
Al corte de las 20 horas, la alcaldía de Gustavo A. Madero informó que más 7 millones 600 mil feligreses se congregaron en las inmediaciones del recinto religioso, adornado con estrellas de Belén y con flores blancas y rojas.
Además, arribaron más de 14 mil 395 fieles a bordo de bicicletas y 6 mil 890 motocicletas.
El primer cuadro de este lugar se encontraba resguardado por más de 3 mil elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y 10 mil servidores públicos, quienes daban indicaciones a los asistentes en materia de Protección Civil.
Como cada año, el cuerpo de primeros auxilios de la Cruz Roja y voluntarios atendieron a los peregrinos, más de 3 mil de ellos presentaron deshidratación, calambres, insolación, entre otros síntomas.
Siete personas tuvieron que ser trasladadas a distintos hospitales debido al cansancio y otros malestares.
También se escuchó entre la multitud el voceo de personas, principalmente menores de edad, extraviadas, 84, quienes fueron localizadas de inmediato a través del perifoneo en coordinación con el C5.
En su andar, los millones de peregrinos se encontraron con cientos de vendedores ambulantes que ofrecían por 10 pesos un ramo de flores para “colocarlo” en el atrio de la guadalupana.
Esto fue solo el comienzo de la innumerable lista de souvenirs que se vendieron a los fieles, iban desde una estampita con la imagen de la virgen y Juan Diego, hasta figuras de yeso, que superaban el metro de altura, de distintos personajes religiosos.
Hubo para todos los bolsillos: “Llévele, llévele la pulsera, llavero o rosario de 10 pesos”, o bien, medallas de “acero inoxidable, plata y chapa de oro”, cuyo costo superaba los 350.
Para los comerciantes de la alcaldía de Gustavo A. Madero, el 11 y 12 de diciembre representa una alza importante de ingresos.
De acuerdo con la Cámara de Comercio y Servicios Turísticos en Pequeño de Ciudad de México, la derrama económica en 2018 fue de 522 millones de pesos y este año quizá puede superarlos.
En las primeras horas de ayer, la explanada del recinto religioso se convirtió en un albergue para las diferentes caravanas —provenientes de distintos estados—, que iniciaron su marcha hace dos días o más.
Quienes llegaron a pie o en bicicleta se hincaron frente a la Puerta Mariana para agradecer a su “madre santa” que les haya atendido las plegarias para sus enfermos, por cuestiones laborales y problemas económicos, entre otros.
Antes de desplegar sus casas de campaña o cobijas sobre el suelo, los peregrinos se hincaron para pedir permiso “a su madre” de ocupar unos cuantos metros de la explanada.
Antes de “Las mañanitas” a la virgen del Tepeyac, se recolectaron casi 574 toneladas de basura en las inmediaciones de la plaza.
También se repartieron 96 mil 100 litros de agua potable a quienes la solicitaron.
Uno de los principales atractivos fue “El Carrillón”, ubicado en el atrio frente a la Puerta Mariana, que es un grupo de campanas, ubicadas en una torre, que están perfectamente afinadas para que al tañirse produzcan un sonido armonioso.
La Basílica, obra del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, concluida en 1989, cuenta con 48 campanas y mide 23 metros de alto.
En la parte frontal, el recinto mariano tiene un escenario circular o ciclorama donde se presenta la historia de las apariciones de la virgen.
Este jueves, el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar, oficiará la solemne concelebración y la bendición de las rosas.
Y ADEMÁS
VENERACIÓN A LA IMAGEN QUE LLORA
En la casa marcada con el número 21 de la avenida Raúl Gámez, colonia Burócratas Municipales, en San Pedro, Coahuila, cada año ocurre un milagro: antes del 12 de diciembre la Virgen de Guadalupe llora.
Integrantes de la familia Adame Vega, que habita esa vivienda, dicen que es una bendición verla llorar, pero comentan que si lo hace es por los pecados de sus hijos.