El observatorio meteorológico de Tacubaya registró una temperatura de 34.4 grados, marcando un nuevo récord histórico no solo para un día de mayo, sino también para cualquier día en la historia de las mediciones en esta ubicación.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), este nuevo registro supera el anterior récord histórico para un 24 de mayo, que se estableció en 1996 con 32.0 grados.
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Asimismo, la temperatura de hoy ha superado el récord anterior de la máxima histórica mensual y anual, que había sido registrado recientemente el 9 de mayo de 2024 con 34.3 grados.
Este hecho convierte al 24 de mayo de 2024 en un día notablemente caluroso que quedará registrado en la historia climática de la Ciudad de México.
El incremento de las temperaturas en la capital ha sido una tendencia observada en los últimos años, reflejando un patrón de cambio climático que está afectando a la región. De acuerdo con los datos proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la Ciudad de México ha experimentado un aumento gradual en las temperaturas máximas, con registros cada vez más altos durante los meses de primavera y verano.
La situación no solo es un dato estadístico, sino que también tiene implicaciones significativas para la población de la Ciudad de México.
Las altas temperaturas pueden agravar problemas de salud pública, especialmente entre los grupos más vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
Los expertos subrayan la importancia de adoptar políticas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y promuevan la sostenibilidad ambiental. En este sentido, la Ciudad de México ha implementado diversas iniciativas, pero los desafíos siguen siendo enormes ante la magnitud del problema global.
El registro de 34.4 grados en el observatorio de Tacubaya el 24 de mayo de 2024 marca un hito en la historia climática de la Ciudad de México.
¿Qué hacer para cuidarse del calor?
A medida que las temperaturas aumentan con la llegada del verano, las aventuras de vacaciones y el tiempo al aire libre se vuelven comunes.
A continuación, te detallamos diversas recomendaciones para cuidarse del calor durante esta temporada.
- Usar ropa suelta y de manga larga
La exposición directa al sol calienta los vasos sanguíneos de la piel, enviando calor al centro del cuerpo y elevando su temperatura. Los bebés son particularmente vulnerables debido a su gran superficie de piel en relación con su volumen.
Usar ropa holgada y de manga larga puede ayudar a evitar esta sensación. Este tipo de vestimenta permite que el aire circule y proteja la piel de los rayos solares, reduciendo así la absorción de calor.
- Mantener manos, cara y pies frescos
La piel glabra, presente en las palmas de las manos, las plantas de los pies y la parte superior de la cara, contiene una red de vasos sanguíneos dedicados al control rápido de la temperatura.
Aplicar agua fría o una bolsa de hielo en estas áreas acelera el enfriamiento del cuerpo. Mojar la piel con una toallita fría también ayuda a eliminar el calor corporal por evaporación, el mismo principio por el que sudamos.
- Evitar las duchas frías
Aunque pueda parecer contradictorio, una ducha fría puede conservar el calor corporal al hacer que los vasos sanguíneos de la piel se contraigan. Esto debilita una de las estrategias clave del cuerpo para perder calor: acercar la sangre a la superficie de la piel para que el calor pueda irradiarse.
Es preferible ducharse con agua tibia, ya que esto aumentará el flujo de sangre a la piel, mejorando así la pérdida de calor.
- Mantenerse hidratado
La deshidratación es una de las principales razones por las que las olas de calor pueden ser mortales. La pérdida excesiva de líquido a través del sudor puede espesar la sangre, aumentando el riesgo de coágulos y forzando al corazón a trabajar más.
La sudoración intensa también puede alterar el equilibrio de sodio y potasio en los fluidos corporales, afectando las células nerviosas y musculares y ejerciendo más presión sobre el corazón. Es crucial beber líquidos regularmente durante el día, evitando la cafeína y el alcohol, que aumentan la frecuencia de micción.
- Cerrar cortinas y ventanas durante el día
Mantener las cortinas y ventanas cerradas, especialmente en habitaciones orientadas al sur, puede prevenir que el sol convierta el entorno en un invernadero. Las ventanas deben permanecer cerradas cuando la temperatura interior es más baja que la exterior.
Abrirlas cuando la temperatura del día desciende, por la mañana y durante la noche, es una estrategia efectiva para mantener la casa fresca.
- Buscar espacios verdes
Los árboles y las plantas absorben agua por sus raíces y la emiten a través de sus hojas en un proceso llamado transpiración. Esto enfría el entorno inmediato, ya que el calor del aire circundante hace que el agua se evapore.
Estudios sugieren que las áreas suburbanas con árboles maduros pueden ser de dos a tres grados más frías que los espacios sin árboles. Además, disfrutar de la sombra de los árboles siempre es beneficioso.
- Evitar las quemaduras solares
Es crucial evitar las quemaduras solares, ya que la piel dañada por el sol puede dificultar la regulación de la temperatura corporal. Se recomienda permanecer a la sombra cuando el índice UV esté en su punto más alto, entre las 11:00 y las 15:00 horas.
Usar ropa ligera de algodón o lino, proteger la cabeza, el cuello y la cara con un sombrero de ala ancha y anteojos de sol, y aplicar generosamente protector solar con un SPF mínimo de 30, reaplicándolo cada dos horas, son medidas esenciales para prevenir las quemaduras solares.
- Cuidar la alimentación
Mantenerse hidratado no solo se logra bebiendo agua, sino también consumiendo alimentos con alto contenido de agua, como melones, pepinos, limones, uvas, verduras de hoja verde y moras. Los alimentos picantes pueden ayudar a refrescarse al aumentar la circulación y provocar la transpiración.
Aunque el helado puede parecer una buena opción, puede causar un aumento de la temperatura corporal a largo plazo. El hielo con sabor es una alternativa refrescante y efectiva.
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