Pese al cierre de negocios no esenciales en la Ciudad de México derivado del alza en el número de contagios de covid-19, los fabricantes de ropones y accesorios para niños Dios, se apoyaron de las nuevas tecnologías, las redes sociales y las plataformas de transporte y paquetería, para poder vender sus productos previo a la Fiesta de la Candelaria.
En la calle de Talavera, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se encuentran decenas de negocios instalados de manera formal, quienes año con año fabrican miles de ropones, ropa interior, calcetines, zapatos, huaraches y todo lo necesario para vestir de fiesta a la imagen del niño Dios, pero por la pandemia tuvieron que vender sus productos en las redes sociales y para evitar aglomeraciones, éstos se entregaron por paquetería mediante las aplicaciones de transporte ejecutivo como Uber y de entrega como iVoy y Rappi .
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Berenice Sánchez y su marido, son dueños de la Pyme Diseños Creaciones Geomany, donde confeccionan ropones vistosos para niño Dios, a quienes la crisis les pego con tubo, pues en medio del confinamiento tuvieron que parar maquinas y detener la producción de vestimentas, además de sortear la zozobra e incertidumbre sobre si las autoridades capitalinas les dejarían abrir sus negocios con normalidad o si les permitirán laborar solamente a puerta cerrada.
Además de ofrecer a los clientes del interior de la república su catalogo digital por la aplicación de mensajería WhatsApp y el envío por paquetería, Berenice y su esposo implementaron la instalación de códigos QR para que los pocos compradores que visitan su local puedan descargar el catalogo digital; asimismo tuvieron que instalar señalamientos en el piso para mantener la sana distancia entre los clientes, además de poner un dispensador de gel antibacterial a la entrada.
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La Cuñada de Berenice, Claudia Juárez, es la representante de Cofradía, un negocios dedicado a la fabricación de ropones de Niño Dios inspirados en la vida de Jesucristo. Claudia aseguró que en comparación con el año pasado, las ventas bajaron un 90 por ciento. "El año pasado la libramos con eso de la pandemia, alcanzamos a sacar la venta y fue lo que nos permito trabajar este año".
La temporada de ventas de los productos de niño Dios inicia en octubre, antes de las fiesta decembrinas y termina el día de la Candelaria, las ganancias son utilizadas para invertir en materia prima para confeccionar los ropones que serán vendidos el siguiente año. Asimismo las ganancias sirven para pagar las deudas adquiridas. Pero las bajas ventas de este 2021 ponen en vilo el trabajo de las cientos de personas que se dedican a esta industria.
La incertidumbre ante el futuro y el peligro que representa trabajar en pandemia teniendo contacto con la gente, estos fabricantes tienen esperanza y fe en que el niño Dios les pueda ayudar a poder salir de la crisis financiera que está dejando las bajas ventas en el sector.
FS