Las situaciones que se viven actualmente en Puebla y México por la contingencia sanitaria son propicias para generar un estrés colectivo lo que se podría reflejar en alteraciones de la relación familiar y a nivel social, lo que obliga a considerar estrategias desde el hogar, de la sociedad y de las instituciones para crear una mejor salud mental
Así lo alertó la psicóloga y orientadora del Programa de Apoyo y Seguimiento al Estudiante (PASE) de la UPAEP, María del Carmen Mora Ávila, quien remarcó que el aislamiento por la pandemia del covid-19 tiene un impacto psicológico en todos los sectores sociales y en cada integrante de la familia generando un estrés colectivo.
Por ello, propuso enfrentar las crisis a través de cinco factores: Unión familiar, resiliencia, redes de apoyo, trabajar el desapego y realizar labor social.
Explicó que se tienen que reunir cuatro características para que una situación genere estrés o impacto psicológico: la novedad, que la situación sea nueva e imprevista; que sea una amenaza, que ponga en evidencia nuestra vulnerabilidad; que no se pueda controlar, que nosotros no podamos parar la situación; y que nos afecte, ya sea material, físico o psicológico-mental.
Durante la rueda de prensa “¿Cómo trabajar en casa para fomentar la salud mental de las personas?”, la especialista apuntó que en nuestro entorno existen todos los factores para desarrollar estrés o impacto psicológico que se reflejaría de forma colectiva.
Aseveró que para disminuir casos de violencia, desesperación, depresión y evitar suicidios, las crisis deben convertirse en oportunidades para mejorar hábitos de higiene, alimenticios, fortalecer las relaciones familiares y sociales, así como cambiar desde otra perspectiva personal.
Dijo que este estrés colectivo se puede medir de menos a más de acuerdo a tres factores: primero, el número de implicados; segundo, el tipo de afectación o de destrucción que causa; y tercero, el grado de implicación de todo el sistema social que sufre este impacto.
Detalló que a menor impacto social menos afectación ocasiona en el colectivo, lo contrario ocurre cuando el desastre es mayor y sobrepasa la capacidad de respuesta de la población, “entonces ahí se genera un estrés colectivo”.
Consideró que debido a la ampliación del periodo del aislamiento las personas pueden caer en un estrés colectivo ante el cambio radical de sus actividades diarias.
De igual forma, contempló que al presentarse la convivencia diaria y permanente entre los integrantes de la familia podrían enfrentar conflictos ante la irritabilidad emocional.
Indicó que para sobrepasar esta situación pueden ponerse en marcha cinco factores que ayudarán a fomentar la salud mental de las personas durante este periodo de aislamiento: la unión familiar, ser resiliente, fortalecer las redes de apoyo, trabajar el duelo y poder desapegarse de las cosas o personas, y finalmente realizar una labor social o altruista que generará bienestar mentalmente, aportando beneficios emocionales.
“Un primer factor de protección, que podemos empezar a fomentar desde nuestras casas, es la cohesión grupal, es decir, mantenernos unidos desde nuestras familias, empezando desde las parejas; empezando por las familias, padres-hijos y la familia extensa, abuelos, tíos, primos y que esto se extienda a otros grupos sociales, en este caso, las amistades”, concluyó.
mpl