Iniciar la secundaria a distancia; nuevo reto para alumnos ante pandemia

Miles de estudiantes iniciarán un nuevo nivel académico este lunes, luego de terminar la primaria a distancia para evitar contagios de covid-19, lo que podría generar mayor estrés y frustración en los alumnos.

Alumnos y sus padres deben afrontar e reto de iniciar la secundaria juntos. (Ricardo Lara)
Ricardo Lara
Ciudad de México /

Este lunes, una generación de estudiantes iniciará un nuevo nivel escolar de una manera diferente, será a distancia para evitar los contagios de covid-19 en México; entre ellos, hay miles de alumnos que terminaron la primaria y que iniciarán su educación secundaria sin pisar su nuevo plantel.

El estrés propio de la epidemia y el confinamiento ha generado estragos en todas las personas: trabajadores, padres de familia, maestros, alumnos, todos. En el caso de los alumnos de educación básica, este año podría agregarse un factor más a la lista, pues adaptarse a una nueva escuela de un grado académico más alto podría no ser una tarea fácil.

Las clases a distancia comenzaron en abril debido a la pandemia de covid-19, lo que inició un proceso para los alumnos para adaptarse a esta modalidad de aprendizaje, lo que pudo desatar afectaciones en la salud mental de las personas.

Para Zaribel Orozco, vicepresidenta de la Mesa Directiva de la organización Psicólogos Sin Fronteras México, las restricciones impuestas comenzaron a generar estrés y a ello, en el caso de los alumnos que iniciarán la secundaria, se agrega un nuevo proceso de adaptación.

“En el primer semestre de 2020, que fue cuando emerge la crisis, tenemos la crisis sanitaria por sí misma, el confinamiento que implica una restricción a lo que estábamos acostumbrados y esta restricción puede implicar estrés, la simple restricción de lo que quiero hacer puede generar estrés”.


(…) “En el caso de los alumnos que pasan a secundaria todavía se agregan otros elementos: una entender que están en una etapa de desarrollo con adolescencia, donde grupo de padres es trascendente para la construcción de la identidad”, explica Orozco.

Además, Orozco detalla que los estudiantes, padres de familia y maestros deben entender la realidad en la que se está viviendo, pues los roles que realiza cada persona deben ser cumplidos en horarios, aún cuando todos se desarrollen dentro del mismo hogar.

“Vamos a suponer que sus condiciones son ideales y tiene un espacio para sentarse a tomar sus clases en una computadora, pero de pronto la mamá, como lo tiene en casa y también pasa por la misma crisis, la mamá requiere de la ayuda de la familia para sacar adelante la casa, entonces empieza con primero vente a desayunar, pero el niño está estudiando, o ‘ya desayunamos y te toca levantar la mesa’, o lo que sea que el niño tiene que hacer porque es parte de los roles que realiza como miembros de una familia”, agrega.
“(...) Otra de las herramientas es negociar en familia para distinguir y organizar los momentos para cada rol, es bien complejo porque mamá trabaja y es mamá, maestra, es complejo sí, y me queda claro, pero se puede hacer un esfuerzo para mínimamente organizarlos y decir en familia, ‘de tal hora a tal hora me toca estudiar, dame chance y de tal hora a tal hora te voy a ayudar’, y se quita angustia a la mamá y al estudiante, pero parte de la conciencia que tengamos de la situación, mientras no haya conciencia no habrá elementos de solución”, sostiene la vicepresidenta de la Mesa Directiva de la organización.

Puede haber deficiencia académica si no se atiende salud mental, advierte especialista

Julieth, Hugo y Alison son pequeños que el próximo lunes comenzarán a tomar sus clases de primero de secundaria a distancia y coinciden en que más allá de sentirse nerviosos por el propio cambio de nivel académico y de escuela, se sienten “raros” y hasta tristes por no poder conocer a sus maestros ni a sus compañeros, sentimiento que arrastran por no poder despedirse de sus amigos en la primaria.

“Cuando comenzaron las clases a distancia me sentí triste porque ya no vi a mis compañeros, ni siquiera pudimos vernos al final, los papás dijeron que se haría una fiesta, pero no se hizo y no creo que se haga”.


“Será raro iniciar las clases a distancia porque no conoces a tus compañeros, ¿Cómo compartes gustos con alguien a través de una pantalla? ¿Cómo haces amigos?”, se pregunta Alison.

En tanto, Julieth no se muestra preocupada por no conocer a sus nuevos compañeros, ella tiene una preocupación diferente, pues extraña las clases presenciales porque considera que estando en su casa aprende menos y se distrae más rápido.

“Sí me cuesta mucho trabajo porque me distraigo aquí en la casa, siento que es más fácil concentrarme en la escuela que aquí”, dice Juliet, a lo que se suma Hugo, quien señala que aprende más en las clases presenciales porque “en línea el tiempo es más limitado”, dice.

​Al respecto, Zaribel Orozco explica que la educación a distancia podría ser deficiente si no se atienden las emociones que los pequeños pueden presentar y si no se respetan sus tiempos para hacer sus tareas y tomar clases.

“Sin duda, puede haber un impacto en el rendimiento académico, en mucho por la inconsciencia de lo que está sucediendo, cuando soy consciente de que mis condiciones no son las óptimas para estudiar, le bajo dos rayitas a la exigencia, porque entiendo que si saco seis es porque no podía sacar más porque está la deficiencia del internet, porque están mis otras funciones”, dice Orozco.

Padres de familia se convierten en maestros

Las clases a distancia trajeron nuevos roles para los padres de familia, que ante las dificultades que se pueden presentar con los maestros para explicar a detalle los temas, ahora son ellos los que deben ayudar a los alumnos a solucionar sus dudas.

“Desde que iniciaron la clases en línea ya no pudimos ver al maestro, sólo mandaba trabajos a través de la vocal del grupo y cuando tenía dudas, tuvimos que resolverlas nosotros, ahora además de trabajar, nos toca ser maestros”, dice Nataly, madre de Julieth.

En este mismo sentido se expresan Janina y Alison, quienes reprocharon que incluso no se sienten preparadas académicamente para afrontar el nuevo nivel de educación en la secundaria.

Yo siento que en la primaria les regalaron la calificación y que no van bien preparados para la secundaria”, dice Janina.

Mientras que Rocío, madre de Hugo, señala que el nuevo ciclo escolar será difícil porque “en casa no hay, en la mayoría, personas capacitadas para apoyar en el estudio o supervisar las clases, ya que los padres tenemos que ir a trabajar”.

El lunes comenzarán las clases para los alumnos de todos los niveles escolares regulados por la Secretaría de Educación Pública y las tres madres entrevistadas aún no tienen certeza de cómo serán; lo que sí tienen claro es que será un año diferente y complicado para ellas y sus hijos.

“Es bien importante el acompañamiento de los docentes y familiares, el tutor es una persona que puede, o que debe, acompañar estos procesos emocionales para disminuir el impacto en el proceso académico, se debe acompañar el proceso académico administrativo para potenciar el rendimiento académico”, afirma Zaribel Orozco.

​RLO​

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