Las ventas de flor de Día de Muertos en la región de Tula son buenas hasta el momento, de acuerdo a floricultores consultados. Desde la semana pasada los productores iniciaron la venta de sus flores en los diversos puntos de la región, con precios accesibles como en el caso del manojo de cempasúchil que se vende en 70 pesos el manojo en promedio.
Junto a las carreteras se instalaron puestos de flor, los cuales durante todo el día tuvieron visitas por parte de clientes que se trasladaban hacia los panteones o también para quienes la compraban para colocar su altar, sea en la vivienda o en los planteles educativos.
Y es que detrás de los puestos estaban las milpas en donde se sembró el cempasúchil desde el mes de julio, y el cual requirió muchos cuidados, al ser una flor delicada, compleja para cultivar.
Irma Nuñez, de Tula de Allende, acudió a los puestos instalados en la orilla de la carretera a la altura de la comunidad Iturbe, para comprar cinco manojos para el panteón de sus familiares. Cada año visita esta zona, pues es una tradición y apoya a los comerciantes.
"Su flor es muy bonita, de buena calidad y el precio es bueno también, pero además está en el municipio, no hay que ir tan lejos para conseguir esta flor para nuestros muertos ", señaló.
Los vendedores refieren que este año han recibido más clientes que el año pasado, pues en ese entonces todavía se resentian los efectos de la pandemia de covid-19, la cual paralizó la economía por las restricciones sanitarias emitidas.
"Se sembró más, hubo más oportunidad y esperemos que se venda todo, que haya buenas ganancias porque tenemos mucha flor, a buena calidad y sobre todo a buen precio", dijo Guillermo Pérez, uno de los vendedores en Tula.
En la comunidad Doxey, perteneciente a Tlaxcoapan, también hay buenas ventas este año, mejorando las que se registraron el año pasado, aunque los productores recriminaron que hay falta de apoyo de parte de los tres niveles de gobierno.
Raúl López dijo que este año como productores les habían ofrecido apoyos gubernamentales, pero no hubo cumplimiento y por ello los alcances proyectados no se pudieron lograr.
Y es que, apuntó, se requieren apoyos mayores para impulsar proyectos como un invernadero o para ampliar la producción en toda la zona de Doxey, pues por ahora cada floricultor asume los gastos de su parcela.
Santiago Hernández dijo que este año los mayoristas llegaron a tiempo e hicieron sus compras para revender en mercados de la zona centro del país, mientras que la afluencia de clientes minoristas también incrementó en comparación con el último año.