Con solo 15 años de edad, Michelle emprendió un negocio de restauración de figuras del niño dios el 2 de febrero, día de La Candelaria, en Tula de Allende, Hidalgo, donde en el atrio de la Catedral de San José se sumó a los puestos semifijos de su giro que se instalan tradicionalmente frente a la iglesia.
“Desde pequeña ayudo a mi papá, quien tiene más de 20 años restaurando y vendiendo imágenes religiosas durante todo el año. Esta vez emprendí junto a mi hermana y estamos restaurando imágenes con un proceso que comienza con la reconstrucción de partes de la imagen, sigue con el pintado y finaliza cuando ponemos cejas, pestañas, y labios al niño dios”, explicó la niña emprendedora.
Pero hay vendedoras como Doña Elsa, con más de 30 años vendiendo ropones que fabrica en su taller casero, quien comparte que se trata de la mejor época del año en materia de ventas pues sus registros alcanzan los ocho mil pesos diarios, lo que significa “una buena ayuda” para ella y su familia.
“Sí se vende algo, yo doy los ropones económicos porque los fabrico durante meses en mi taller, por ejemplo, el de la Candelaria, que es el que más hemos vendido este año, lo damos en 150 pesos. Ayer, 1 de febrero, fue el mejor día en ventas, dijo la comerciante, quien ha heredado la tradición de venta y restauración a sus descendientes.
Por su parte, don Ángel, comentó que también son solicitados los ropones de Niño Papa, San Judas, Fe de trabajo, Divino niño, Niño Ángel, Doctor, Cirujano, de la abundancia, y Sagrado Corazón de Jesús, en tanto que restauradores coincidieron que era común que la compostura de imágenes se dejara “para el mero día, como buenos mexicanos”, lo contribuye en el repunte de ventas.
En Tula de Allende se conmemoró el día de la Candelaria con celebraciones eucarísticas a las 8 de la mañana, 12 del día y 6 de la tarde, se obsequiaron tamales en el tianguis municipal, y de acuerdo con vendedores de este alimento en la ciudad, también se trata de una de las épocas en la que alcanzan sus mejores ventas.