Susana Canales Clariond sirvió como cónsul honoraria de Francia en Monterrey, por lo que, con la voz de la experiencia, aseguró que con la instalación en la capital de Nuevo León del Consulado General de Francia en Monterrey se pasa de un nivel de aficionados a uno de profesionales.
Ahora el cargo de cónsul, formal no honorario, estará en un diplomático de carrera, con objetivos muy claros tanto en el tema económico, como en el cultural, el artístico y educativo.
“En mi caso al tener una nacionalidad francesa, por el lado de mi mamá heredé la nacionalidad francesa, no solo el hecho de la sangre, sino la parte de la cultura y el amor.
“El tener un consulado honorario se sirve con la mejor disposición, pero como dicen, no es nada más con ganas, hay que saber. Entonces ahora es pasar de lo aficionado a lo profesional”, recalcó.
Durante su tiempo como cónsul honoraria, uno de los aspectos a los que se dedicó Canales Clariond fue a orquestar la realización del libro Presencia francesa en Monterrey, de ayer a ahora, proyecto que, indicó, espera se pueda intensificar con el Consulado General en Francia.
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