Los rosquetes, esas galletas bañadas de azúcar blanca y roja, simulan el rostro del difunto a quien se le dedica el altar y son los que dan sabor y color a las ofrendas de Tochimilco. Para ello, Gustavo Martínez Rincón y su familia, comienzan con la preparación desde los primeros días de octubre.
Martínez Rincón aprendió desde muy joven el arte de elaborar este pan, las hojaldras, rosquetes y sus diferentes presentaciones, quien junto con su familia conservan esta tradición.
- Te recomendamos Tochimilco, 'pueblo viejo' que honra la tradición de Día de Muertos con altares únicos en Puebla Comunidad
Mencionó que este oficio ha pasado de generación en generación, ya que fueron sus bisabuelos los que comenzaron con la elaboración de este pan.
“Soy parte de la cuarta generación, desde mis bisabuelos, abuelos, mi mamá y ahora yo. Este trabajo artesanal me gusta mucho y es una tradición representativa en estas fechas, cuando recibimos a nuestros familiares”, dijo.
Explicó que el proceso para preparar un rosquete es de aproximadamente una semana, porque primero se deja reposar la masa; después se forman las figuras para ser horneadas.
Después, se prepara el betún a base de huevo y azúcar, para que sean decorados y una vez que se termina con el proceso se colocan en el sol para que se sequen y queden listos para su venta.
Gustavo Martínez comentó que esta tradición data de muchos años y varias familias se han encargado de preservarla, de ahí que en estas fechas sean requeridas no solo en este municipio, sino hasta en Estados Unidos.
AAC