Familias de estados vecinos visitan la mega rueda de la fortuna de Tampico “¡Qué bonita está, papá!”

Crónica

La familia Toscano se trasladó desde Pueblo Viejo, Veracruz para disfrutar su descanso en el surde Tamaulipas, algo que los pequeños Matías y Cristian jamás olvidarán

Rueda de la Fortuna de Tampico. (Sergio Sánchez)
Sergio Sánchez
Tampico /

Es fin de semana, día de paseo para la familia Toscano. No hay plan para visitar algún lugar en específico, solo la intención de pasar un domingo en familia. 

“Hijos, vamos a Tampico a pasear, díganle a su mamá que se ponga guapa para ir a dar la vuelta”, dice Emilio, padre de Matías y Cristian, de nueve y siete años de edad, respectivamente. Las miradas se cruzan entre los dos pequeños, saben que les espera un fin de semana divertido. 

No hay marcha atrás. Pronto, los dos pequeños entran a la ducha donde se escuchan risas entre el ruido de la regadera. “¡Vamos a pasear a Tampico, qué padre!” Todo está listo, huele a perfume, huele a alegría, a felicidad. 

El camino es largo porque la familia Toscano habita en Pueblo Viejo, Veracruz. Los pasos son largos pues quieren llegar pronto a la lancha que les conecta con Tampico. 

Mientras el paseo inicia, las caras de los dos pequeños son indescriptibles; saben que ir a Tampico es garantía de diversión. 

“Hijos, vamos a la laguna. ¿Qué les parece si vamos a conocer la nueva rueda de la fortuna?”. Una sonrisa de oreja a oreja aparece automáticamente en Matías y Cristian; “Vamos, papá, yo la quiero conocer, dicen que es gigante. ¡Vamos, vamos!” 

Los minutos se hacen largos para llegar a Tampico. La familia que habita en el norte de Veracruz baja de la lancha, toman un coche taxi para trasladarse hasta la Laguna del Carpintero, ahí en donde muchas familias acudieron este domingo para pasear y conocer la rueda, que por primera vez gira en un fin de semana y que fue inaugurada el martes de la semana pasada. 

“Papá, ¿ya mero llegamos?”, pregunta Matías. “Sí, hijo, falta poquito”. “ Mira, mira, ahí está, es muy grande papá, ya me quiero subir”.

La fila para comprar el boleto de acceso a la mega rueda de la fortuna es larga, son muchas personas las que acuden al atractivo turístico del sur de Tamaulipas, todos quieren subir por primera vez al gran juguete tampiqueño. 

Rueda de la Fortuna de Tampico. (Sergio Sánchez)

La fila avanza poco a poco. “Papá, ¿por qué tarda tanto la rueda? Ya me quiero subir”, comenta Cristian, el más pequeño de los Toscano. 

Por fin el momento esperado llegó: padre e hijos esperan la góndola, pronto llegó la que tocó y las caras de los niños marcan la incredulidad de conocer el atractivo mecánico. 

“¡Qué bonita está, papá! ¡Gracias por traernos!” Emilio abraza a sus hijos y se montan en el juego mecánico. Arriba todo un espectáculo, cuentan después de vivir la gran experiencia. “No se siente nada allá arriba, subí con mis dos hijos. 

Ellos me dicen que sí les gustó aunque el más pequeño se quiso bajar antes, quería ir al baño. Ellos me dicen que sí les gustó. Se ve bonito el paisaje desde allá arriba, aunque hay unos lapsos donde se siente un poco de miedo; pero es cuestión de agarrar confianza y ya se pasa”. 

La afluencia de paseantes este fin de semana fue de más de 1,200, entre ellos la familia Toscano que, bajando de la rueda, se fundieron en un abrazo por vivir la maravillosa experiencia que les permitió casi tocar el cielo... en la Laguna del Carpintero. 


SJHN

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