Sobre la mesa de trabajo de Julia Villavicencio hay calabazas de diversos tamaños, todas parecen iguales, pero el aroma y la textura marcan la diferencia entre las que cortó de su huerto y las que nacen en moldes de silicón que elabora.
Para crear este diseño realista requirió cerca de un mes de pruebas y errores para dar con las proporciones exactas y ofrecer un trabajo artesanal para celebrar la temporada de muertos con olor a mandarina, canela y naranja.
“Para mi es bien mágico cuando se hacen las cosas a mano, me gusta mucho sembrar y me gustaron las calabazas que crecieron aquí, también tenía ganas de hacer moldes propios, este es el resultado”.
En San Antonio la Isla se encuentra su taller donde resguarda parafina, cera, aceites esenciales y algunas piezas que se distinguen de la materia prima que espera su transformación mientras prepara cada elemento como cortar cera, el color y colocar pabilos, entre otros.
Aunque esta figura de calabaza es de reciente, desde hace cinco años fundó su marca “Mahwu” de jabones y velas con diseños especiales; sin embargo, con la llegada de la pandemia de coronavirus perdió contratos laborales que la llevó a innovar en nuevos modelos para enfrentar la crisis sanitaria y “hacer cosas divertidas”.
Reconoció que detrás de cada pieza hay mucho tiempo y dedicación invertido, que puede ir de 40 minutos hasta meses si se considera desde el proceso creativo hasta la venta, ante esto celebró la buena respuesta de la gente a las iniciativas ciudadanas locales.
“No se trata solo hacerlos, si fuera eso yo feliz, hay otras cosas como gestionar ventas y eso ocupa más horas, además del manejo en redes, hacer las entregas, armar la tienda en línea, grabar las cajas, es muchísimo trabajo, pero me gusta lo que hago, creo que próximamente tendré otras cosas ahora que ya viene navidad”.
Para finalizar dijo que se trata de una actividad que le apasiona por lo que instó a los interesados a conocer lo que hace a través de Facebook donde se encuentra como MAHWU o en Instagram @jabones_mahwu
MMCF