Tras un periodo de confinamiento en el que sí bien no cerraron en su totalidad, pero si observaron gran decremento de por lo menos el 70% de sus ventas, más de 100 locales del mercado de San Juan de Dios en San Miguel de Allende hoy luchan por sobrevivir.
Las medidas que indicaban el funcionamiento de solo negocios esenciales dedicados a la venta de comida y una baja significativa en el turismo han sido las causantes.
“Los productos esenciales son los que han estado permanentes, aun así como es muy poco el comercio la gente no sale y se nos han bajado mucho las ventas”, explicó Raymundo Valle, locatario.
Aquellos que no pertenecían al rubro esencial, bajaron sus cortinas desde el 1 de mayo y este 1 de junio se reintegraron.
“Prácticamente no estamos ganando, nada más estamos subsistiendo” agregó.
Se trata de un efecto domino en donde abastecían a los hoteles y restaurantes que hoy han detenido su demanda, ante una población cuyo 70% depende del turismo y que hoy no percibe un ingreso para hacer sus compras, las ventas han caído.
“Todo el sector de comercio estamos súper bajos, y la verdad estamos ahorita sobreviviendo porque esto está pero para morir”, comentó Alicia Gutiérrez, vendedora de flores.
Solo el 20% de los locales se encuentran activos, para incentivar a los ciudadanos a comprar, la Unión de Locatarios se ha organizado para cumplir una serie de protocolos en donde desde la entrada se recibe a los visitantes colocándoles gel antibacterial, usando tapetes sanitarios y despejando los pasillos.
“Para solicitar su valioso apoyo a efecto que informe a sus agremiados que durante el tiempo que dure la contingencia (covid-19), ninguno de los comerciantes podrá tener en exhibición ningún tipo de mercancía a las afueras de sus locales, esto con el fin de evitar aglomeraciones dentro del mercado” fue la indicación emitida por el gobierno municipal.
Más de 80 puestos del tianguis a los alrededores también se han afectado, se trata de un promedio total de 200 familias cuyos ingresos dependen de un hilo.