Tras un año de pausa forzada por el covid-19, San Pedro Cholula reabrió sus puertas a los productores, comerciantes y artesanos del estado de Puebla para realizar el Trueque Milenario.
En esta actividad los visitantes intercambiaron desde frutos y semillas, hasta cultura e ideas, con lo que buscan preservar la tradición prehispánica.
Los participantes de este ejercicio mercantil se dieron cita en la explanada principal del municipio cholulteca desde temprana hora.
Sin embargo, su llegada tenía una escala previa por el Templo de La Virgen de Los Remedios, pieza fundamental de las celebraciones de septiembre y del tradicional trueque en el Pueblo Mágico.
Una vez cumplido el recorrido católico, los interesados en contribuir a la reactivación económica con tintes prehispánicos, colocaban sus puntos de cambio.
Mujeres y niños limpiaban y acomodaban frutas, verduras, ropa característica de su región, bordados, utensilios del hogar y hasta golosinas; era solo el preludio de la gran plaza que se formó con aproximadamente 380 o 400 integrantes, apenas 30 por ciento de los aforos permitidos previo a la pandemia.
Hombres con semillas, granos, canastos y demás artículos también participaban, al igual que el resto de los asistentes haciendo uso de cubrebocas y respetando, en medida de lo posible, la sana distancia.
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Los presentes, en su mayoría familiares o colegas del campo, se agrupaban en pequeños bloques, donde mientras una o dos personas cuidaban el negocio.
El resto de los acompañantes partía por la plaza en búsqueda de una buena oportunidad para intercambiar lo que sus iguales tenían.
A la antigua y sin báscula, medidas de "a cubeta" o al tanteo, sin tanta ciencia para mayor velocidad, así es como en San Pedro Cholula se intercambiaron unos productos por otros.
No obstante, según los asistentes, "no se le gana", no se trata de llevarse mucho o poco, tampoco de sacar ventaja.
Al contrario, muchos de ellos afirman que después de traslados de más de 3 horas para llegar al punto de reunión, su única ganancia y quizás lo más importante es la convivencia social, intercambiar ideas y reconocer culturas, al menos así lo indicó la señora Emma.
"Nosotros venimos desde la Sierra Norte de Puebla, donde tenemos una gran variedad de frutas, verduras y café. Es por eso que venimos a intercambiar, porque solo así algunos de los compañeros podrán conocer los sabores de nuestra tierra y nosotros pues nos llevamos a casa un bordado, alguna cazuelita o algo bonito, es más para adornar que para ganar”, señaló mientras acomodaba manzanas, bolsas de café y demás frutos.
El trueque es un referente, en San Pedro Cholula, de lo que realmente significa el compartir, es por ello que también se trabaja en estas comunidades por hacer partícipes a las nuevas generaciones del ejercicio prehispánico.
Madres y padres dotan de una porción de producto a sus hijos para invitarlos a conseguir el mejor cambio posible, así generan nuevos mercantes, de esos que se formaron a la antigua.
AFM