En Puebla, al año, se presentan 345 casos de muertes por lesiones autoinfligidas intencionalmente, es decir, en promedio, al día ocurre un suicidio. En la población de 5 a 14 años, la muerte por lesiones autoinfligidas representa la sexta causa; mientras que, entre los adolescentes y jóvenes, es la quinta.
De acuerdo con el “Diagnóstico de la mortalidad autoinfligida en el estado de Puebla: acciones para su atención”, realizado por Quetzalcóatl Hernández Cervantes, coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica de la Universidad Iberoamericana Puebla, los casos de suicidio en el estado registran una tendencia al alza, ya que, en la primera década del presente milenio, se registraban alrededor de 205 muertes al año.
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Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa estandarizada de este tipo de muertes es de 6.5 por cada 100 mil habitantes; mientras que, en Puebla, en el año 2020, se estaba ligeramente por debajo de esta cifra nacional con una tasa de 5.2.
A pesar de las estadísticas oficiales, el investigador de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita advirtió que existe un subregistro que no se evidencia en las instituciones nacionales. En este diagnóstico, el experto encontró que, actualmente, puede haber de dos a cuatro suicidios al día en el estado de Puebla.
“El suicidio es considerado un problema de salud pública y constituye una tragedia tanto para las familias como para la sociedad. Esta premisa, latente en el contexto poblano”, apuntó Hernández Cervantes.
Los aumentos de casos de suicidios están aumentando entre la población de 15 a 24 años en el estado de Puebla. “Encontramos que en la evolución histórica, en el caso de los hombres, parece presentar un incremento sostenido (aunque irregular) de muertes por suicidio, ocupando desde 1998 hasta el 2010 el cuarto lugar nacional e incluso con un aparente recrudecimiento de la mortalidad a partir de 2011 posicionándose en tercer lugar nacional (excepto 2013 y 2014 que regresó al cuarto lugar) y siendo el año 2018 el que mayor número de muertes por ésta causa registro en la entidad para la población de hombres de 15 a 24”.
El investigador de la Ibero Puebla resaltó la importancia del perfil de mortalidad porque permite la comprensión de la situación que se vive con relación al fenómeno del suicidio en el contexto específico de Puebla.
“No se pretende rezagar, discriminar, excluir, marginar, u otras formas de violencia, exclusión social o revictimización, a unos u otros grupos, sino reconocer dónde se deben implementar recursos de forma prioritaria”, detalló el especialista.
Por su parte, Galilea Cariño Cepeda, directora de la Defensoría de los Derechos Universitarios de la Ibero Puebla, resaltó que, por cada suicidio de una mujer ocurren cuatro de hombres, por lo que, la conversación sobre masculinidades y violencia patriarcal es necesaria para la prevención.
En tanto, Guadalupe Chávez Ortiz, directora del Centro Intercultural de Reflexión y Acción Social (CIRAS) de la Ibero, remarcó los factores de riesgo que existen en la sociedad, que van desde las violencias cotidianas hasta cuestiones sociales, culturales y económicas. Sus contrapartes, los factores protectores, constituyen espacios de contención comunitaria y atención oportuna.
AAC