Se sumaron y su ausencia se siente

SIN ELLAS NUNCA MÁS

Crónica del paro de mujeres en el Congreso del estado

Así se vivió el paro de mujeres en el Congreso de Hidalgo. (Jorge Sánchez)
Alejandro Reyes
Pachuca /

No hay mujeres. Hay silencio. Están ausentes. Hay oficinas vacías. Escritorios sin su presencia. Computadoras sin manipular. Documentos sin entregar.

Parece un día de asueto en el Congreso del estado, un fin de semana, pero no. Las más de 140 mujeres trabajadoras de la legislatura local han hecho paro. No están. Se han sumado al 9 de marzo: un día sin mujeres.


El Colectivo Brujas del Mar convocó a un paro nacional de mujeres, el cual busca visibilizar y poner un alto a la violencia contra las mujeres. Las trabajadoras del Congreso se sumaron y su ausencia se siente.

Las oficinas están desoladas, sus puertas están cerradas con llave. No hay voces ni murmullos. No se escuchan las risas de mujeres. Hay paro y silencio.

En la Capilla del Congreso, el área donde está plasmada la historia de la legislatura, no cruzan mujeres, solo dos hombres que parecen fantasmas.

El Museo de la Memoria Legislativa está abierto pero vacío. Sus tres atrás permanecen cerradas. Hay un silencio que abraza al cuerpo.

En el área administrativa Patricia es la única mujer que se ha presentado este día en el Congreso. Está en su escritorio, frente a su computadora y tiene música de fondo.

La mujer delgada y de lentes dice que respeta la decisión de sus compañeras que hicieron paro. Ella no lo hizo. Se presentó como cada lunes a trabajar.

Patricia evita la entrevista de manera educada y con una sonrisa. Solo dice que no tenía nada que hacer en casa, que sus hijos se fueron a la escuela y ella decidió presentarse al trabajo.

Cruzando la explanada del Congreso, en el espacio que comparten Comunicación Social, Transparencia, la Unidad de Género y el Acervo Legislativo también están vacíos a excepción del Sindicato.

Ahí está Mayra, la única mujer en esta área. Lleva las relaciones públicas del Sindicato de la legislatura. Mayra dice que respeta la decisión de sus compañeras en su sumarse al paro de mujeres, que ella tenía pendientes y se presentó a trabajar como todos los días.

La mujer de piel blanca y lentes, sentada junto a una mesa con su laptop de frente, se sincera y cree que el paro de mujeres no cambiará nada. “Yo quise venir a trabajar porque tengo muchos pendientes", dice.

Cree que los hombres y las mujeres son iguales, y que la solidaridad debe ser real no de un día sino de todos los días.

En el lobby del Congreso están concentrados los hombres, son cerca de cien. Toman el taller Nuevas masculinidades, el aporte de los hombres a una sociedad igualitaria.

Ahí el ponente José del Tronco Paganelli, doctor en Ciencias Políticas y Sociales y profesor de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), dice que objetivo del taller es que los trabajadores de la legislatura reflexionen sobre el papel que tienen los hombres en la creación de una sociedad más igualitaria en términos de género.

En la Torre Legislativa, las cuatro computadoras de recepción están vacías. Tampoco hay mujeres. Sus sillas están sin ocupar.

A unos pasos, en el Área de Servicios Legislativos todos los cubículos están vacíos, las computadoras apagadas y los oficios sobre los escritorios.

En el primer piso no hay mujeres. Alfredo dice que solo hay hombres. En el segundo piso dos hombres hacen trabajo de oficina. En el tercero hay una mujer, es la asistente de una diputada, pero está sumida en el trabajo, con la vista clavada en la computadora, la mano derecha en el mouse, no tiene tiempo para preguntas.

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