Altamira ya empieza a verse impactada por la que será una sequía más intensa que la del año pasado. Por lo menos cien cabezas de ganado han muerto debido a la falta de pasto, dejando pérdidas económicas por alrededor de 1.2 millones de pesos.
Productores tanto pecuarios como agrícolas coinciden en su pronóstico: Será un año peor, ya lo estamos viendo. Y es que la falta de lluvias tiene seco al campo, lo que augura un 2022 complicado.
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“Las precipitaciones pluviales han sido muy ligeras desde los meses de octubre y noviembre, lo que ha caído es una llovizna que no ayuda en nada y al ganado ya le falta pasto”, afirmó Carlos Aguado, secretario del Consejo Ganadero Mártires del Agrarismo.
Señala que es una realidad que ya se vive y anticipa una problemática más fuerte para quienes dependen de las actividades del campo, sobre todo porque no cuentan con apoyos oficiales.
“El nivel de la laguna de Champayán está muy por debajo, las presas cuentan con poco almacenamiento de agua porque no ha llovido lo suficiente, ese es el panorama”.
Se teme que el problema vaya agravándose, pues para estas fechas del año pasado era menor y aún así llegaron tiempos sumamente difíciles.
“Definitivamente este año va a estar más fuerte la sequía, vemos que la laguna va para abajo y las presas se están vaciando porque no les cayó suficiente agua; nosotros llevamos ya alrededor de cien cabezas de ganado perdidas que representan el 10 por ciento de nuestro hato, por cada una se nos van 12 mil pesos”.
Impactan cosechas
A pesar de las oraciones a San Isidro Labrador -patrono de los agricultores y venerado en las comunidades y zonas ejidales de Altamira- para atraer la lluvia y regar los sembradíos de sorgo, los problemas de sequía continúan impactando cosechas
En este segundo mes de 2022 ya está causando nuevamente daños, lo que aunado a la falta de humedad que se arrastra del año pasado, hacen muy complejo el día a día para la actividad agrícola.
Por si fuera poco, las plagas del gusano barrenador y pulgón amarillo han arrasado con aproximadamente 10 mil hectáreas de sorgo, causando afectaciones a poco más de 800 productores de ejidos de Altamira.
“Son dos problemas graves para todos los ejidatarios, la sequía y las plagas que nos están azotando los cultivos de sorgo, es por ello que estamos haciendo un llamado al gobierno federal para que generen apoyos para el campo y busquen alternativas pues estamos totalmente olvidados”, afirma Toribio Cruz González.
El representante ejidal recordó que la devoción a San Isidro Labrador es una esperanza; la procesión se hace en las comunidades para pedirle por la lluvia, se hacen rezos, las mujeres caminan mientras cargan al santo patrono hasta llegar a las parcelas haciendo oración. Pero hasta ahora no ha funcionado.
“Se hace una procesión en varias comunidades a San Isidro Labrador el 15 de mayo, cuando va a empezar la temporada de lluvia, ahorita son muy aisladas y estamos resintiendo, pues no tenemos apoyo por parte del gobierno, no voltean a vernos”.
No se tendrá buena cosecha
Dimas Salazar, productor de Villa Cuauhtémoc, indicó que durante enero y febrero, los cultivos no alcanzaron altura suficiente, por lo cual disminuirá la producción. Esto sin duda afectará porque no se tendrá una buena cosecha y no habrá la producción esperada de sorgo.
“Se esperaba un sorgo de 120 cm y muy apenas llega a los 40 centímetros, ya están en la etapa de floración, este proceso se redujo, los tiempos ya pasaron no crecieron y por lo tanto la producción será mínima”.
Detalló que con los gastos que implican los fumigantes insecticidas, trillas, fletes y demás, difícilmente se logrará recuperar la inversión aplicada en la siembra de las semillas, por lo cual se prevén pérdidas económicas de aproximadamente 4 mil a 5 mil pesos por hectárea.
Zona rural y ejidos
Alrededor de 2 mil 600 productores de Altamira están afectados, y representan en suma cerca de 38 mil hectáreas establecidas en toda la zona rural y ejidos de Altamira, Cervantes, Benito Juárez, 3 Hermanos, Lázaro Cárdenas, Ejido Maclovio Herrera, Margaritas José María Morelos, Esteros, Cuauhtémoc, Vuelta de Yeguas y otros.
En el ejido Benito Juárez de Altamira, Enrique Báez Nieto, presidente del comisariado, refirió que la prolongada sequía mantiene en incertidumbre al campo, que ha batallado por diferentes cuestiones y sobre todo por la falta de créditos, el alto costo de los insumos y la escasa lluvia en los últimos ciclos agrícolas ha originado que muchos abandonen sus tierras en busca de otras oportunidades de trabajo.