Pamela García sonríe con cara de una niña empoderada que planea una travesura, le brillan los ojos mientras habla del impacto que tendrá #UnDíaSinMujeres.
“Tiene que servir para tomar conciencia. En el restaurante va a haber un impacto, no va a haber comida de personal porque quien la hace es mujer, al igual que nuestra jefa de limpieza. Entonces ya quiero ver los botes y la cocina sucios; la que maneja los pagos del personal también es una mujer; lo mismo que la hostess, no habrá quién reciba a nuestros clientes; nuestra jefa de caja es mujer, no va a ver quién cobre. Entonces, la verdad será un día muy complicado. Les doy la bendición a todos”.
Pamela es la administradora de los restaurantes del chef mexicano Édgar Núñez y será una de las mujeres que se sumará al paro que el colectivo feminista Brujas del Mar convocó para el próximo 9 de marzo, a fin de visibilizar la importancia del trabajo de ellas y exigir que termine la violencia y discriminación.
Es administradora desde hace 12 años y ha vivido la violencia machista y la discriminación.
“A los hombres les cuesta trabajo que yo los audite siendo mujer. Creen que no eres capaz de desempeñar tu puesto”.
Tiene claro que el paro es un mensaje para los hombres, para el gobierno y también para mujeres que permiten la violencia.
Karla Carrada es repostera en el Comedor Jacinta. Mientras charlamos bate insistentemente una crema de limón para un pastel. La plática no es dulce, hablamos del miedo que siente en su vida.
Es un miedo compartido, al cual las mujeres de este país no nos queremos acostumbrar, un miedo que nos acompaña por las calles solitarias, pero también entre el tumulto del Metro o en la exclusividad de un taxi.
“No faltan los hombres que se la pasan haciendo comentarios sucios, que ya te tocaron la espalda, el trasero”, dice Karla mientras recuerda un incidente que le ocurrió en el Metro.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres, siete de cada 10 se sienten inseguras en el transporte y el espacio público, tres de cada 10 han vivido algún incidente de violencia en estos espacios, pero solo una de cada diez lo denuncia.
El chef Núñez fue una de las primeras personas que tuiteó su respaldo a #UnDíaSinMujeres.
“A los hombres no nos toca nada, nos toca más que apoyarlas, callarnos, dejarlas hacer, manifestar su enojo, su ira, porque tienen razón”, dice el chef.
Pero no todas las mujeres en el Comedor Jacinta están de acuerdo con el paro. La chef Zulema Castro no siente la esperanza de sus compañeras de que el movimiento sea un parteaguas, pero sí comparte el miedo y tener que enfrentar el acoso o la violencia machista.
“A veces uno quisiera ponerse una ropa bonita, pero no faltan las miradas y es un poco incómodo”, ante esa inseguridad piensa comprar gas pimienta. Por estas razones, las mujeres del Comedor Jacinta alzan la voz para que el gobierno implemente medidas para prevenir esa violencia.
ledz