Un trabajador y romántico: Sergio Salomón Céspedes, líder del Congreso de Puebla

EDICIÓN FIN DE SEMANA

El diputado se describe como un hombre sencillo, comprometido y con conciencia; ésta es su historia.

Sergio Salomón Céspedes, presidente del Congreso de Puebla | Andrés Lobato
Elvia García
Puebla /

Originario de Tepeaca, el presidente del Congreso local, Salomón Céspedes Peregrina, detalló que desde pequeño se inculcó la cultura del trabajo, por lo que junto con sus hermanos vendía gelatinas y los fines de semana cremitas.

Con 25 años de casado con su esposa Gaby, el también diputado se declaró un romántico empedernido, pues de joven se reunía con sus amigos para llevar serenatas. No obstante, relató que también les llevó su primer mariachi a sus hijas, justo cuando llegaron al hogar recién nacidas.

Sergio Salomón Céspedes, presidente del Congreso de Puebla |Andrés Lobato

En entrevista con MILENIO Puebla, el diputado se describe como un hombre sencillo, comprometido y con conciencia, además de trabajador y con sueños, por lo que dejó en claro que su inspiración es su mamá, esposa e hijas.

Además, resaltó su gusto por la lectura y entre sus libros favoritos están "Pleno", de Simón Cohen, y "El Infinito en un Junco", de Irene Vallejo, así como títulos de política "y claro, no me pierdo MILENIO Puebla".

¿Quién es Salomón Céspedes?

"Sergio Salomón es un ciudadano originario de Tepeaca, con ilusiones, sueños, siempre pensando en el futuro y en cómo abonar para hacer un mejor México y un estado. Siempre fui inquieto y tuve la oportunidad de tener una gran madre, un padre de mano firme. Tuve una madre que siempre nos inculcó el tema de la aspiración; ella fue huérfana de madre y padre a los 6 años y se hizo cargo de su familia, la sacó adelante, fue una mujer reconocida y creo que eso fue algo de lo que nos inyectó: aunque la vida no te ponga las cosas fácil, hay que crecer, trabajar, servir, abonar y respetarse. Mi madre era así, grandiosa y creo que tuve la bendición y la oportunidad de heredar un poquito".

Sergio Salomón Céspedes, presidente del Congreso de Puebla |Andrés Lobato

¿Siempre tuviste la noción de ser político, de servir?

"No, fíjate que no, llegó un momento que mi deseo era ser policía federal de Caminos; después, en algún momento se graduó un primo de arquitecto y era exitoso, me dije: 'quiero ser arquitecto', pero no era mi vocación. Dejé la carrera en quinto semestre y me dediqué a trabajar en nuestro ámbito en Tepeaca. Luego creé mi propia empresa de transporte de carga, ya tiene 28 años, gracias a la cultura del esfuerzo. Déjame decirte que para que esto pueda ser, nuestros padres nos enseñaban a trabajar".

¿En qué trabajabas de niño?

"Antes de ir a la escuela, así como sábados o domingos, iba a vender gelatinas con mis hermanos, aunque hay una anécdota muy especial y triste, pues teníamos una perrita muy querida y en una cruzada de calle en esa venta de gelatinas, la atropellaron. Crecimos en esa cultura de hacer algo. Mi papá era chófer y mi madre era maestra, tenía dos turnos, por lo que aprendimos a trabajar y a trabajar. En las tardes, cuando éramos niños, nos tocaba poner todos los vasitos en la mesa de gelatina y cuando hervía el agua, mi mamá echaba los tantos de grenetina, ya después era llenar con jarritas los vasitos. Temprano, en cajas de cartón de brandy, acomodábamos una cama de gelatinas, un cartón y entregábamos en las cooperativas de las escuelas, mientras que sábados y domingos había cremitas".

¿Pasas mucho tiempo con tus hermanos?

"Crecimos muy felices en Tepeaca, las calles eran nuestro patio, la plaza pública nuestra unidad deportiva. Todos nos conocíamos (...) Estaba más con mis amigos y eso es algo que mis hermanos me reclaman; siempre tuve amistades mayores, pero en casa era un tema de trabajo. En la familia teníamos chiqueros y marranos. Cuando paría la marrana era una felicidad, pero también generaba obligaciones porque cuando regresábamos de la escuela era lavar los chiqueros. Son buenos recuerdos que valoras y aprecias, a lo mejor en el momento no eran muy gustosos (...) sin embargo, era nuestra cultura y le pierdes el asco a muchas cosas. Sin duda, aprendes el valor del trabajo y eso nos generaba condiciones".

¿Tuviste una buena juventud en Tepeaca?

"Sí, en Tepeaca también había grandes tradiciones como la rondalla bohemia y yo formaba parte de esos grupos. En Tepeaca se fundó un equipo de boys scouts, un grupo de amigos bohemios. En el parque había unas bugambilias enormes y estaban tan tupidas, que podías estar abajo de ellas tocando la guitarra y conviviendo y no pasaba el agua. Cuando te empezabas a enamorar en estos momentos o si el compañero andaba mal de amores, éramos súper solidarios en este tema y de muchas serenatas".

¿Dabas serenatas?

"Claro. Tengo tres hijas y cuando Gaby, mi esposa, dio a luz en el hospital, en el primer día que llegó a la casa a dormir con mi hija, yo les llevé mariachi; sin duda, la primera serenata para mis hijas se las di yo. Soy un romántico empedernido y aunque nadie me lo pregunta; yo sí le digo a mi esposa que estoy enamorado. El 7 de septiembre cumplimos 26 años de casados y hemos renovado nuestros votos cuatro veces, mucho de lo que hemos logrado ha sido en pareja. El matrimonio para mí es el mejor estado del hombre y Gaby es una mujer inteligente, firme, la guía de mi hogar. El hombre asume responsabilidades en la cabeza, pero el eje central de un hogar es la esposa y en mi caso, es Gaby".

¿Qué haces en tu tiempo libre?

"De joven practiqué mucho deporte en Tepeaca, no había teléfonos celulares, computadoras, no tenían carro para ir a la ciudad, no tuve tiempo de conocer una disco en Puebla, no teníamos los medios, por lo que sin duda era el deporte la actividad y era padrísimo. A las 6 de la mañana, los martes y jueves, jugaba fútbol o futbolito en el Torneo de Barrio del Santuario, los miércoles a las 5, fútbol en el campo Canarios y los domingo con los Cardenales. En las tardes jugaba básquetbol, nos gustaba mucho el deporte, jugaba de defensa central en el fútbol y de poste en el básquet. Actualmente trato de caminar, de trotar, más por el tema de salud y en los pocos tiempos que tengo".

¿Qué actividades haces en casa con tus niñas?

"Me gusta leerles y se ríen mucho, porque les adapto la lectura para darles un mensaje. Les encanta patinar, así que las llevo. Le he encontrado el gusto a la lectura, si me preguntas qué libros me gustan te diría que 'Pleno', de Simón Cohen; y 'El Infinito en un Junco', así como los libros de política y claro, no me pierdo MILENIO Puebla. También me gustan las películas, la de mi matrimonio es 'Diario de una Pasión'. Me gusta cocinar, hago unas rajas con crema y queso, me gusta asar la carne pero no prender el carbón, además de coleccionar antigüedades", finalizó.

AFM

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