No poder llevar alimento a su familia, es algo duro para un padre, dice Fernando Astaburuaga Pazzi, presidente del Consejo de Alimentos para la Caridad, AC., quien también es padre y desde hace más de 24 años, ha adoptado la noble labor de llevar alimentos a las familias más necesitadas del sur de Tamaulipas y norte de Veracruz.
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Hoy en día esta necesidad se ha incrementado en gran porcentaje, debido a que el covid-19 ha provocado un paro total en la actividad comercial, ocasionando la pérdida de miles de empleos y por ende que este Día del Padre, muchos tal vez solo tengan un plato con frijoles en su mesa.
“No hay nada más duro para un padre, que no poder llevar el alimento a su casa, cuando se acaba la chamba por esta situación de la pandemia y el ingreso se reduce o desaparece; no hay nada más confortable que llevarles lo más necesario. Todos lo hemos resentido y es una de las razones que me motivan para ayudar y brindar comida diaria (raciones de frijol) a mil 700 personas”, indica.
Todos los días desde muy temprano se levanta para inspeccionar la preparación de alimentos, que más tarde repartirá junto con su grupo de voluntarios entre los lugares más necesitados de Tampico, Ciudad Madero, Altamira y norte de Veracruz.
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Esta labor la ha conjugado con ser papá de cuatro hijos, a quienes encaminó para que se involuclaran en esta actividad altruista y entendieran que no todo en la vida es fácil.
Hoy en día, a pesar de lo riesgoso que es andar en la calle, realiza su actividad siguiendo las recomendaciones sanitarias para llevar comida a cientos de familias, porque los jefes de hogares se han quedado sin el sustento para suministrar lo más esencial.
ICGC