Era el 19 de septiembre del 2017 y como cada año, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco se llevaban a cabo ejercicios de simulacro en edificios y universidades para la evacuación en casos de contingencia y para fomentar la cultura de la autoprotección. Nadie imaginaba que minutos después, a las 13:14 horas, la alerta de un sismo real con epicentro 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos, con una magnitud 7.1 grados y una duración de 3 minutos, dejaría a la Ciudad de México aturdida, después de que colapsaran 38 edificios, dejando a cientos de personas atrapadas entre los escombros.
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Desde el Centro de Mando de la Dirección de Protección Civil y Bomberos de Guadalajara, Alejandro Espinoza Rodríguez, oficial bombero y miembro del grupo de Búsqueda y Rescate en Estructuras Colapsadas (USAR), recordó su experiencia durante aquella tarde, en la que él y 39 de sus compañeros, comandados por su líder, Francisco Castellanos Villalobos, partieron con rumbo a la capital del país a brindar ayuda en las labores de rescate.
"Nos llegó la solicitud de ayuda para acudir a la Ciudad de México a dar respuesta y fue entonces que realizamos todas las gestiones con nuestro director para agilizar la salida. Tenemos un procedimiento de activación en el grupo que consiste en la revisión del personal, el equipo y accesorios, vehículos y binomios caminos; viajamos por tierra en 7 camionetas y arribamos a las 4:20 de la mañana al puesto de comando y área de campamento" indicó.
Fue a partir de las 6:00 horas que los 40 tapatíos del grupo USAR recibieron su primera misión, en el edificio colapsado de la calle Amsterdam y la calle Laredo, de la colonia Hipódromo, para realizar labores de búsqueda, estabilización y rescate, punto en el que el control de la escena estaba a cargo de la ciudadanía, lo cual representaba un riesgo tanto para los voluntarios, como para las personas que se encontraban bajo los escombros, ya que una gran cantidad de gente permanecía sobre estos generando más peso y una mayor presión en las posibles heridas de quienes se encontraban atrapados.
Coordinados con personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comenzaron con el convencimiento de las cerca de mil personas que en total desorden y siendo víctimas de la desesperación, intentaban retirar los escombros sin respetar los debidos protocolos, hasta que se logró establecer un cerco de seguridad y poco a poco se tomó el control de la situación para comenzar los trabajos de búsqueda, con la ayuda del can Stinky y su manejador, José Librado Rodríguez, haciendo contacto sonoro con un sobreviviente de 30 años, llamado Sergio, con quién, cabe destacar, aún permanecen en contacto y además participa en la carrera que organiza el Cuerpo de Bomberos Guadalajara.
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"En este lugar, nuestro personal en búsqueda física, con la ayuda de los binomios, logramos rescatar a una persona con vida que permanecía debajo de 4 losas de concreto" agregó.
Para Alejandro Espinoza, esta experiencia fue totalmente diferente a cualquier otro rescate realizado con anterioridad, debido a la cantidad de gente que participó, a la ayuda internacional, la cantidad de edificios y su altura pero sobre todo, la coincidencia con el día, ya que como muchos se recordará, también un 19 de septiembre pero de 1885, un fuerte temblor dejó a gran parte de la Ciudad de México, bajo los escombros.
"A todo el grupo nos marcó en gran parte la cantidad de gente que se dedicó a ayudar y la impotencia de encontrar a una persona que está dando señales de vida y por lo complicado de la estructura, acceder a ella cuando ya ha fallecido. En este caso había mucha gente queriendo ayudar y en realidad complicaban más cada rescate porque no había una coordinación".
Asimismo, destacó la amabilidad y el altruismo de los miles de mexicanos que salieron a las calles aquellos días para brindar su ayuda y proporcionar agua y alimentos a todos voluntarios que permanecieron en las diferentes zonas dañadas.
Durante su participación de 5 días en las zonas afectadas por este sismo, los 40 elementos del grupo USAR y los dos binomios caminos, divididos en 4 células o equipos de rescate, movilizaron más de 5 toneladas de equipo como herramientas, accesorios, equipo de potencia, equipo hidráulico y equipo para campamento movilizados en 9 vehículos y contribuyeron en labores de evaluación y rescate en 15 estructuras colapsadas consiguiendo extraer a una persona con vida y 6 difuntos.
SRN