"El temblor del 19-S destruyó mi hogar y dividió a mi familia"

Fernando Morales es uno de los damnificados en Metepec, donde con esfuerzo construye su hogar debido a que el sismo también separó a su familia.

A raíz del sismo, Fernando Morales se tuvo que separar de sus hijos para una mejor calidad de vida. (Andrés Lobato)
Actualmente, Fernando Morales se encarga de la reconstrucción de su vivienda. (Andrés Lobato)
Fernando Morales Flores y su familia se separaron por el sismo del 19 de septiembre de 2017.(Andrés Lobato)
Fernando Morales confió que en 2021 la edificación de la primera planta pueda quedar lista. (Andrés Lobato)
Angélica Tenahua
Puebla /
“El temblor del 2017 dividió a mi familia, nos tuvimos que separar de nuestros tres hijos para nuevamente levantar los cimientos de más de 100 años que tenía nuestra casa”, señaló Fernando Morales Flores, damnificado del 19 de septiembre del 2017 de Metepec, Atlixco.

Fernando Morales es uno de los afectados de dicha junta auxiliar, donde con esfuerzo construye su hogar debido a que el sismo terminó con todo su patrimonio, pero también con su familia, ya que desde hace tres años los seis integrantes se separaron por falta de una vivienda, lo cual fue una experiencia dolorosa.

En entrevista con MILENIO Puebla, en su casa donde realizaba la supervisión del colado de la primera planta, compartió que desde hace tres años que con su esposa se tuvo que separar de sus hijos para una mejor calidad de vida, pues el temblor derrumbó su vivienda.

“Realmente eran casas de teja y adobe con una antigüedad de más de 100 años, pero todo se vino abajo. Solicitamos el apoyo al gobierno federal, estatal y municipal, pero no tuvimos respuesta positiva, ya son tres años y desde el principio realizamos el trámite y nada. Nos dejaron solos, estamos reconstruyendo pero con nuestros propios medios”, enfatizó.

Ante esto, nos compartió que en el primer piso de su nueva vivienda solo cuenta con muros y loza, sin piso firme. Por ello, indicó que la casa aún no está lista para habitarla, por lo que durante tres años los seis que forman la familia han estado separados.

Comentó que durante este tiempo se ha esforzado y la construcción tiene un avance de 30 por ciento, no obstante, vendió otras propiedades para tener un recursos y solicitó un préstamo en una institución bancaria por 100 mil pesos para las obras.

Recordó que el terreno que puso en venta le fue heredado para salvar la casa de 100 años y relató que esta vivienda era de sus bisabuelos, por lo que la casa tiene historia toda vez que fue el resultado del trabajo de sus antepasados, quienes trabajaron en la fábrica textilera de Metepec.

“El sismo nos cambió la vida totalmente. Lo más cruel es no estar con los hijos, nos cambió el estilo de vida, éramos seis integrantes. Los adultos nos quedamos, mi esposa, suegro y yo rentamos dos cuartos para sobrevivir y mis tres hijos están con sus tíos en la capital de Puebla para que continúen con sus estudios. Yo cambié de trabajo, era conductor del transporte en este lugar, pero me ofrecieron una mejor sueldo y ahora laboro en el transporte de Tlaxcala”, destacó el damnificado.

Agregó que, por lo menos, 70 familias de la comunidad se quedaron sin sus propiedades y algunos decidieron migrar a Estados Unidos y otros a diferentes estados para salir adelante.

Con ilusión, confió que en 2021 la edificación de la primera planta pueda quedar lista para que la familia Morales Flores pueda reencontrarse.

“Aún me falta instalar todos los servicios como es la luz, agua potable, drenaje, y el baño, pero provisionalmente nos vendremos a vivir así, porque ya es mucho gasto. Son tres mil pesos de renta y el apoyo no lo recibimos porque no nos liberaron el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Nosotros tuvimos que sacar escombros y derrumbar bardas”, refirió.

En un recorrido, mostró las afectaciones del sismo y señaló que los pocos muebles recuperados ahora son inservibles, entre ellos, un refrigerador, estufa, mesa, televisión y un tambor con colchón que fue colocado encima de unas piedras, lo cual muestra todavía la gravedad que dejó el sismo de 2017.

Asimismo, explicó que la familia también perdió documentos oficiales, por lo que tuvieron que atravesar por un viacrucis para recuperarlos.

De igual forma, expresó que las primeras semanas tras el temblor fueron momentos muy complicadas, toda vez que toda la familia tuvo que dormir en una camioneta propia y para los alimentos asistían a las cocinas portátiles donde regalaban comida.

Por último, agregó que los gastos no paran, ya que los impuestos de la vivienda que se perdió no fueron condonados y para no perderla, ha pagado puntual.

mpl

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