En el año 2017 que estuvo marcado por los sismos de septiembre de 2017, fenómenos que dejaron 46 muertos, 105 heridos y más de 32 mil viviendas afectadas, la mitad de la población del estado de Puebla se encontraba en pobreza en pobreza laboral. Cinco años después, en este 2022, año en que también se presentó un movimiento telúrico el día 19 del noveno mes, la situación se mantiene y 48.3 por ciento de los habitantes carece de recursos para comprar la canasta básica alimentaria.
De acuerdo con el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), antes de los sismos de septiembre de hace un lustro, la pobreza laboral comenzaba a disminuir; sin embargo, tras los movimientos telúricos, se detuvo esa tendencia y a partir de la pandemia de la covid-19, los niveles de carencias comenzaron a aumentar.
Antes de los sismos de 2017, en el segundo semestre de ese año, 50 por ciento de los poblanos se encontraba en pobreza laboral; mientras que, entre el tercero y cuarto semestre, la falta de recursos para comprar una canasta básica alimentaria se extendió a 54 por ciento de la población.
Entre los años 2018 y 2019, la pobreza laboral comenzó a disminuir. Justo en el tercer cuatrimestre de 2019, la pobreza laboral bajó y afectaba a casi 44 por ciento de la población. Para el siguiente año, en marzo de 2020, justo antes de la pandemia, la pobreza laboral llegó a su mínimo en los últimos años al rondar en 43 por ciento de la población.
La desaceleración económica y el confinamiento provocados por la pandemia impactaron en la economía de las familias y en el tercer trimestre de 2020, casi 56 por ciento de los poblanos se colocaron en condiciones de poder adquirir la canasta básica alimentaria pese a destinar todos sus recursos con dicho fin.
Para este 2022, año que se caracterizó por el regreso a las clases presenciales y la reactivación económica, comenzó a reducirse la tasa de población en pobreza laboral en Puebla. En el primer trimestre de este año bajó a 49.2 por ciento y en el segundo trimestre se colocó en 48.3 por ciento, aunque todavía se encuentra por arriba del 42.9 por ciento que se registró en el primer trimestre de 2020, justo en el inicio de la pandemia de la covid-19.
En otras palabras, la población en pobreza laboral en la actualidad, en el marco de la quinta ola de contagios de covid-19, es 12.5 por ciento mayor a la que tenía el estado de Puebla al inicio de la contingencia sanitaria.
A nivel nacional, el porcentaje de pobreza laboral en el segundo trimestre de 2022 de 38.3 por ciento, aún es superior al observado en el primer trimestre de 2020, 36.3 por ciento, registra antes de la emergencia sanitaria.
La población en pobreza laboral muestra la tendencia de la proporción de personas que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo. El valor canasta alimentaria urbana pasó de mil 810.09 pesos en julio del año pasado a dos mil 42.89 en julio de este 2022, es decir, incrementó 12.9 por ciento; mientras que el valor de la canasta alimentaria rural pasó de mil 383.84 en julio de 2021 a mil 566.95 en julio de este año, en otras palabras, incrementó 13.2 por ciento.
El Coneval reporta que los alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar presentaron la mayor incidencia en la variación anual de las canastas alimentarias rural y urbana. El segundo y tercer lugar en la incidencia anual la tuvo la tortilla de maíz y la cebolla; mientras que en la canasta urbana fue la cebolla y el bistec de res, respectivamente.
CHM