Los sismos que se están presentando en el mes de septiembre de los años 1985, 2017 y 2021 cuentan con diferentes orígenes y no responden a un patrón en particular, ante lo cual, es complicado predecir que se pueda presentar uno más el próximo 19.
De acuerdo con el análisis “Ningún sismo es igual, son fenómenos naturales aleatorios”, realizado por los investigadores de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Hugo Ferrer Toledo y Eduardo Ismael Hernández, el sismo del 7 de septiembre de este año con el del mismo día, pero del año 2017, solo coinciden en la fecha, pero cuentan con diferentes características.
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“El sismo que se registró este 7 de septiembre, en las costas de Guerrero, fue muy superficial, es decir, fue de 10 kilómetros de profundidad y recordar que cuando se presentan los sismos en las costas de Guerrero, vienen con mucha energía y varios de los que se han sentido en Puebla, provienen de la costa del pacífico”, comentó Ferrer Toledo.
Por su parte, Ismael Hernández destacó que el sismo del 7 de septiembre de este año y el de hace 4 años, se presentaron con diferentes características, magnitud y lugar de aparición y, a su paso pueden dejar daños o no, por magnitud y distancia con que se registran.
“Cuando un sismo es superficial como el de este año, las ondas sísmicas se hacen muy eficientes y producen lo que nosotros conocemos como ondas superficiales, con mucha más amplitud, es decir, registran más movimiento que los temblores con ondas T o S, como se conocen en este campo de estudio. Los temblores se registran por la acumulación de energía y que constantemente se está liberando, pero en ocasiones con la presencia de sismos profundos, sismos someros e intermedios y en otras ocasiones, más hacia adentro de la corteza del territorio nacional o hacia el mar”, detacó.
El hecho de que en el mes de septiembre tiemble en el país, no quiere decir que sea un mes exclusivo para que se registren estos movimientos telúricos, aunque haya varias coincidencias, con la presencia de estos fenómenos naturales en este periodo del año, explicó Ismael Hernández.
“Es un fenómeno aleatorio, no hay una metodología científica para predecir con mucho tiempo de antelación la presencia de un sismo. Para poder predecir los temblores, se tienen que especificar por lo menos tres cosas, una es la magnitud del sismo, la segunda, la localización y la tercera la fecha en que ocurre”, destacó.
Los especialistas coincidieron en la importancia de que la gente ante estos fenómenos naturales cuente con un plan de acción que le permita tomar decisiones para salvaguardar su integridad y la de sus seres queridos, si se encuentran en la casa, en la escuela, en el trabajo o en algún lugar público.
Ferrer Toledo detalló que después de este sismo que se registró este 7 de septiembre del año en curso, no se esperan grandes daños, aun cuando presentó mucha energía y clasificado por su intensidad de acuerdo a la escala de Mercalli modificada, los efectos fueron importantes, pero no a nivel de daños.
“La escala de Mercalli cuando comienza a hacer la descripción de las afectaciones del sismo, primero se refiere a la reacción de las personas y posteriormente se refiere a los efectos en las construcciones y otros elementos relacionados”, apuntó.
AFM