En el municipio de Aljojuca, Puebla, se localiza el cráter laguna de San Miguel Tecuitlapa, donde hasta hace algunos años el agua alcanzaba una altura promedio de tres metros, hoy está completamente seca.
Las autoridades y pobladores de la localidad reportan que este axalapasco, el cual tenía cerca de mil 400 metros de largo y en su parte más ancha medía unos 200 metros, empezó a sufrir una pérdida de su volumen de agua a partir de 1973, cuando se registró el terremoto del 28 de agosto, con una magnitud de 7.3 grados en la escala de Richter, aunque el sismógrafo de Veracruz afirmó que alcanzó los 8.7 grados, teniendo como epicentro al vecino municipio de San Andrés Chalchicomula, hoy Ciudad Serdán.
Entonces, recuerdan los pobladores, el embalse de origen natural tenía una profundidad de diez metros y estaba repleta de mojarras, lo que generaba una fuente de ingresos a la comunidad con su pesca.
José Juan García Cortés, presidente municipal de Aljojuca y originario de San Miguel Tecuitlapa, explicó que tanto pobladores como autoridades empezaron a notar que a partir del citado sismo y del que se registró el 15 de junio de 1999, teniendo entonces como epicentro al municipio de Tehuacán, el volumen del líquido empezó a disminuir hasta desaparecer.
“La gente mayor, hablando de mi papá, de mis abuelos, de los conocidos de San Miguel, hablan de cuando fue el suceso del terremoto del 73, que estuvo fuerte en toda la zona de Ciudad Serdán y desde ese terremoto se dieron cuenta que empezó a bajar el nivel del agua. Quiero pensar que abajo hay veneros y se taparon a partir de esto; y luego estuvo el del 99, que no sé si se acuerden que también estuvo muy fuerte aquí en el estado, y de ahí para acá prácticamente ya se secó en su totalidad”.
Evocando su infancia, mencionó que “realmente la laguna de San Miguel era una de las más bonitas de la zona”. Recordó que en su administración como presidente auxiliar presentó un proyecto de rescate, pero poco se pudo avanzar.
“Es complicado porque es un trabajo arduo, había que reforestar primero, tirar todo el árbol que está ahí abajo, que es eucalipto, un árbol vampiro, que chupa mucha agua, y lo primero que nos pedían era tirar todo ese árbol y reforestarlo en su totalidad y después de eso, darle seguimiento al proyecto”.
En tanto, Porfirio Arenas Pomposo, vecino de la junta auxiliar de San Miguel Tecuitlapa y quien se dedica al pastoreo, denunció que en los últimos cinco o seis años se abrieron tres pozos, lo que pudo acelerar el proceso de secado de la laguna.
“Tienen poco que pusieron pozos, era acá uno, dos acá. Antes cuando empecé a bajar acá, todo esto era agua, donde está el cerrito colorado todo eso era agua. De aquel lado también había charcos. Aquí había pescado y con el tiempo se fue perdiendo, hasta la fecha”.
Reprochó lo que en su sentir fue poca o nula acción de parte de las autoridades por mantener viva la laguna. “Esto no lleva dos o tres meses, sino años”.
Comentó que desde finales del año pasado se secó el axalapasco y también denunció que en la zona se presenta tala clandestina. “Nos damos cuenta porque estamos aquí, pero no decimos nada para no meternos en problemas”.
Planteó la posibilidad de que rascando podría brotar de nuevo el agua, ya que la tierra se mantiene húmeda.
En tanto, Marcelino Carrera Espíritu coincidió con las autoridades locales en que a partir de los movimientos telúricos empezaron a registrarse afectaciones en el volumen del agua acumulada en la laguna. “Creo que se le taparon los veneros y empezó a bajar desde entonces”.
Dio a conocer que algunos pobladores han acudido para rascar, lo que originó que brotara agua, “pero se ‘chiqueó’ el agua. Ha de haber dicho, ‘me están rascando, ya no salgo’. Después ya no salió”.
Anunció que desde los últimos meses de 2020 se secó la laguna dejando la tierra húmeda, lo que provoca que los visitantes se hundan. Evocó que en su niñez, el espejo de agua tenía un perímetro de casi dos kilómetros y entonces el agua era potable, lo que permitía beberla de forma directa.
Los axalapascos son grandes cuerpos de agua que se formaron tras una explosión de un volcán. Es la razón por la cual se les conoce como lagunas cráter.
El de San Miguel Tecuitlapa se pensaba que era el que menos volumen de agua tenía comparado con el Aljojuca o Alchichica, los más cercanos. En su centro había un islote que, sin duda, se formó en una segunda explosión.
Cuando contaba con agua, ésta era de color azul en verano y verde en invierno. Esto se debía a la cantidad de sales que tenía. Los habitantes de la zona la usaban para exfoliar su piel ya que contenía tequesquite y azufre.
Lo que era la laguna de Tecuitlapa se ubica en el kilómetro 12 de la carretera El Seco-Esperanza, a un kilómetro y medio a mano izquierda.
mpl