Desde hace más de 30 años, Ana Laura, con el apoyo de su madre, se ha levantado desde temprano para vender tamales en las calles de León, y a pesar de las complicaciones que la contingencia sanitaria ha traído consigo, no ha cesado en su labor.
"Pues mi mamá ya tiene 30 años vendiendo aquí, he estado el mismo tiempo, yo la he estado acompañando, pero ya nomás vengo a venderlos, ella está preparando", relató.
Explicó que el procedimiento, de acuerdo a la tradición familiar, consiste en preparar la masa desde un día antes y comenzar a elaborar cada tamal conforme al sabor que se desea añadir. Dicho proceso le toma a su madre un máximo de 2 horas y, una vez organizados en la olla, solo tardan una hora o una hora con 15 minutos en cocerse, dependiendo del número de tamales.
"No es complicado, mi mamá y yo vendemos; mis hermanos ya son independientes, trabajan aquí en el hospital y aquí hay otro en la esquina por la 20 de enero de tamales cada quien", añadió.
Tamales rojos, con salsa verde, con queso, de azucar, rajas con queso, oaxaqueños con costilla o de mole; esas son las presentaciones que cada día su madre prepara y que han logrado gustar al paladar de los leoneses.
"Me gustan los de rajas, me gustan los salados pues un poco", dijo Mario Manzanares.
Como Ana y su familia saben que para el Día de la Candelaria habrá un mayor consumo de tamales, este 2 de febrero se instalarán de tiempo completo, esperando que en este día sus ventas se vean beneficiadas.
"Como saben que estoy todos los días, pues yo creo que a lo mejor se esperan hasta mañana (2 de febrero). Estoy de 8 a.m. a 12 p.m., pero mañana nos vamos a quedar todo el día de 8 a 9 de la noche", relató.
Aún no se sabe si los ingresos del año pasado serán superados esta vez, pues por causa de la contingencia no se obtuvieron las ventas que normalmente se tenían en épocas sin covid.
ALOL