Alguna vez hemos imaginado el cielo, ese lugar con hermosos paisajes cubiertos de flora y fauna, y con aguas cristalinas nunca tocadas por la contaminación. Existe, está en Tamaulipas y desde 1987 se le declaró Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
A unos kilómetros del municipio de Gómez Farías, se encuentra la Reserva Ecológica de la Biósfera El Cielo, llamado así por las nubes inusualmente bajas que aparecen la mayor parte del año.
Manantiales, cascadas, vegetación; aire puro que inunda de tranquilidad y asombro de lo que es capaz la extraordinaria naturaleza, todo esto se puede encontrar en este paraíso que cuenta con una biodiversidad impresionante y paisajes extraordinarios.
La protección del lugar data del año 1965, cuando el señor Harrison, dueño de 25 hectáreas en la biósfera destinó un predio para su conservación, beneficiando así a muchos estudiantes e investigadores nacionales como extranjeros, para su estudio correspondiente.
Precisamente en la comunidad científica algunos grupos promovieron ante el gobierno de Tamaulipas crear un área natural protegida, sin embargo, su propuesta no prosperó debido a que para declararla como tal, se requería de fuertes inversiones.
Después en la década de los ‘80, investigadores del Instituto Nacional de Ecología propusieron el esquema de reserva de la biósfera y luego de una serie de mesas de trabajo entre diversas instituciones y dependencias gubernamentales, el 14 de julio de 1985, el gobierno de Tamaulipas, emitió el decreto del área ecológica protegida con la categoría de Reserva de la Biósfera, denominada El Cielo.
Este sitio, es uno de los atractivos naturales más importantes en el estado y cuenta con una superficie de 144,530.05 hectáreas, integradas por los municipios de Gómez Farías, Jaumave, Llera, Mante y Ocampo.
Flavio César Camacho Salazar, es uno de los prestadores de servicios turísticos de la zona; por seis años ha mostrado la riqueza natural y el sabio paisaje que guarda El Cielo.
El lugar es visitado tanto por turismo extranjero como por paseantes procedentes de estados como Nuevo León, Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Guanajuato, Hidalgo y del propio Tamaulipas.
Durante la emergencia sanitaria por el covid-19, esta reserva se mantuvo cerrada hasta el mes de septiembre del 2020, fue hasta entonces cuando muchos guías turísticos de la zona pudieron retomar su actividad, cumpliendo los protocolos que marca la Secretaría de Salud.
Con la nueva normalidad, las condiciones permiten una vez más ofrecer estas guías, destacó Camacho Salazar, quien dice a MILENIO Tamaulipas que durante Semana Santa, las visitas se recuperaron, aunque no como solían darse antes de la pandemia.
El virus SARS-CoV-2 lo cambió todo, ahora solo seis personas pueden ser transportadas en los vehículos que ofrecen el recorrido por la Reserva El Cielo, con el uso obligatorio del cubrebocas; anteriormente se permitía hasta once personas.
“Vale la pena venir, es muy padre el lugar porque todo esto los hace comunicarse con la naturaleza. Antes de la cuarentena, te decían, ya me cansé, ahora lo aprecian más y les sirve como terapia, luego del confinamiento por este virus”, señaló.
Flavio César, dijo que desde las 07:00 horas activan sus labores, ofreciendo hospedaje, recorridos guiados y hasta uso de transporte 4x4. Esta es la única reserva a cargo del gobierno de Tamaulipas; forma parte de la Sierra Madre Oriental y se ubica 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar.
Su entrada principal es por el municipio de Gómez Farías y el acceso por la carretera 85, Mante-Ciudad Victoria.
En la pasada Semana Santa, El Cielo, fue uno de los puntos más visitados de Tamaulipas, junto con las playas Miramar, Bagdad, Barra del Tordo y La Pesca, informó la Secretaría de Turismo.
¿Qué podemos encontrar en la reserva?
Cuatro tipos de ecosistemas conviven en la Biósfera El Cielo, la selva tropical, el semidesierto, bosque templado húmedo de niebla y bosque templado de pino.
La mariposa monarca hace también su parada en esta reserva para descansar y alimentarse.
"El Valle del Ovni" está en una zona de bosque de pino y encino; se encuentra en la parte alta de la Biósfera poco antes de llegar al ejido San José.
Este lugar además de estar conectado con la naturaleza, ofrece como opciones: rappel, caminatas, tirolesa, paseos a caballo, en bici de montaña y en lancha.
Cuenta con 743 especies de árboles y arbustos, de las cuales 9 son consideradas como endémicas y 38 son amenazadas o en peligro de extinción.
En esta área natural, se encuentra el 50% de las especies endémicas de vertebrados que existen en Tamaulipas.
Las algas que están conformadas en 28 especies diferentes se encuentran distribuidas principalmente en las zonas donde hay manantiales, corrientes superficiales o subterráneas.
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SJHN