Si dar amor a un animal es cosa de locos, entonces no quiero ser normal, dice Santa Rodríguez, una mujer tamaulipeca que ha rescatado 26 murciélagos pues ve en ellos seres vivos que también deben ser respetados por el hombre y reconocido su aporte en la conservación del medio ambiente.
Siempre rodeados de misterio y temidos, la activista busca derribar los mitos y leyendas en torno a estos organismos nocturnos informando del rol que tienen en la naturaleza. Pero esto se complica por la creencia generalizada que todos se alimentan de sangre y que portan el coronavirus.
Especialistas afirman que esta fauna acaba con depredadores de cosechas, dispersa semillas para crear vegetación, actúa como colibríes nocturnos y poliniza una diversidad de flora, por lo que consideran necesario cambiar la percepción sobre ellos y evitar que su población siga en descenso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que “lo más probable es que el virus de la pandemia provenga de murciélagos” y que seguramente hay otro huésped animal intermedio.
Comienza la historia
La historia comienza hace aproximadamente cinco años cuando una amiga de Santa, horrorizada, opta por matar a uno de estos mamíferos después de entrar a su vivienda.
“Resulta que una amiga le tiene mucho pavor a todo animal que tenga alas, me habla su tía y me dice que hay un animal en el techo y mi amiga piensa que se le va a aventar”.
Se dirige hacia allá pero llega demasiado tarde, la joven había matado al intruso y verlo aplastado impactó a la activista. A raíz de esa vivencia empezó a hacer una campaña en redes sociales para evitar el maltrato a la especie.
“El siguiente caso fue de una regidora, el murciélago había entrado a su casa, fui y lo agarré, estaba herido, como que lo había agarrado un gato y se aferraba a la pared; me lo traje al refugio para curarlo”.
Comenzó a alimentarlo con fruta e insectos y a partir de ese momento surge una conexión especial con ellos. Ella ya tenía un lugar especial donde resguarda perros, gatos y zarigüeyas lastimados, lo llama “Santa Rosa de Lima” y se ubicado en el 2 y 3 Guerrero, zona centro de Ciudad Victoria.
Pocas son las personas que le solicitan este tipo de rescates, pero lo importante para ella es que se va pasando la voz acerca de su labor.
“Ahora con el covid-19 le atribuyen ser portador del virus, pero no es así; no es fácil concientizar a la gente sobre animales raros, así le llaman las personas, no es fácil pero poquito a poquito lo estoy logrando”.
Sobre los quirópteros ha recibido hasta ahora alrededor de 60 reportes, en su mayoría porque ingresaron a un domicilio particular y no saben cómo deshacerse de ellos.
De 26 rescatados, algunos estaban heridos por gatos y otros eran bebés que se habían quedado huérfanos y necesitaban alimento.
“Algunos estaban heridos de sus alas, cuando eso sucede ya no pueden volver a volar porque su piel no se regenera y siento que se deprimen al no poder volver a hacer su vida y estar encerrados, los tengo en un aviario a veces pero de todos modos no están en libertad”.
Les brinda cuidados, agua y comida, pero al paso de unos meses mueren. En cambio los que llegan sanos procede a liberarlos. “Puedo darles la mejor atención, la mejor alimentación, pero sin poder volar ellos no sobreviven, los puedes tener en una caja para que duerman solamente”.
Entre los casos que ha atendido, le conmovió especialmente el de tres murciélagos bebés que recibió hace aproximadamente tres meses. “Originalmente eran cuatro pero alcanzamos a ver que un gato llevaba otro en el hocico, estaban solos, me imagino que a los papás el mismo gato se los tragó y quedaron huérfanitos”.
No batalló mucho para sacarlos adelante porque ya tenían colmillos y lograron sobreponerse para ser liberados finamente.
Comenta que las personas se asustan cuando uno de estos animales entra a su domicilio, pero afirma son inofensivos y en cuanto llegue la noche se retiran silenciosamente.
Ella los defiende con vehemencia, dice no son portadores del coronavirus y asegura que la única forma de causar daño sería consumiéndolos.
“No deben ser agredidos, ellos tienen una función positiva, controlan plagas, se comen mosquitos como el del dengue y la polilla que daña las maderas, aparte al consumir fruta y defecar en el aire, van esparciendo semillas y en poco tiempo crecen árboles que nos sirven para la oxigenación”
Lamenta que el humano sea selectivo y los pocos que ayudan a salvar vidas de animales, se limiten a rescatar perros y gatos principalmente. ¿Por qué unos sí y otros no? Todo lo que tiene vida fue creado por Dios”.
Una de las victorenses que ya se sumó a su tarea es Eva Rodríguez y compartió su testimonio sobre el tema.
“En la mañana me levanté y vi en el patio de mi casa un murcielaguito pegado en un muro, le llamé a Santa para que viniera por él, pero me explicó que se quedó ahí solo a dormir y oscureciendo se iba. Entonces todo el día lo estuve cuidando para que si llegaba a caer no lo lastimaran mis mascotitas”.
Al caer la noche el animal empezó a estirar sus alas, bostezó, voló y se fue. Tras esta experiencia la joven pide que si uno de ellos ingresa a un hogar se le deje dormir y no se le haga daño, pues llegado el momento él seguirá su camino.
Denuncian maltrato y muerte ante Profepa
En Tamaulipas los quirópteros son objeto de agresiones humanas. La Coalición de Asociaciones Ambientalistas denunció ante Profepa un ataque con violencia fuera de un banco en Nuevo Laredo en noviembre de 2018.
El hecho fue ampliamente difundido a través de las redes sociales, donde se observó a varias personas derribando decenas de murciélagos que se hallaban en letargo por ser horario diurno y al caer al suelo eran pateados por las personas.
“La gerente del banco reconoció haber contratado los servicios de una empresa de Monterrey para retirar a los animales, pero Profepa no cumple su labor de proteger la fauna silvestre y jamás actuó”, detalló Ricardo Cruz Haro, presidente de la citada coalición.
Señaló violaciones a la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental y Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Exigió sanciones administrativas y penales en su caso.
Considera que estos hechos causan grave daño al medio ambiente de la región, dada la labor de equilibrio que produce el murciélago como depredador de insectos y polinizador.
“A pesar de la creencia popular de que la especie se alimenta de sangre, en realidad solo existen tres especies hematófagas conocidas con el nombre de vampiros, todas originarias de América e incluidas en la subfamilia Desmodontinae”, explica el litigante.
Subraya que no son tan espeluznantes como se les quiere ver por su desagradable aspecto y actualmente está en riesgo su supervivencia, “ya quedan pocos”.
Contribuyen a preservar el medio ambiente
De 138 especies de murciélagos que existen en México, 38 están incluidas en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-Semarnat-2010 para su preservación. Cuatro se consideran en peligro de extinción, 16 amenazadas y 18 sujetas a protección especial.
“Hemos ido destruyendo su hábitat y reduciendo sus zonas de anidación, ha bajado su población al grado de entrar a esta Norma Oficial. Antes de lastimarlos hay que conocerlos para conservarlos; si los matan crean un desequilibrio”, advierte Luis Alfredo Cárcamo Gómez, uno de los fundadores del Grupo Conservadores de la Biodiversidad y Educadores Ambientales (Cobea).
Destaca que los murciélagos juegan un rol muy importante en la polinización de plantas, dispersión de semillas y en controlar plagas, por lo que su cuidado resulta necesario para el ecosistema.
Es una fauna que regula la población de insectos. De no existir, por ejemplo, se reproducirían sin control los saltamontes y habría daños en hortalizas y cosechas, presentándose todo un desequilibrio, explica.
“Desafortunadamente por la pandemia hay más temor y repulsión hacia ellos, en realidad se les relacionó (con el coronavirus) por una serie de acontecimientos y no en forma directa”, comenta el especialista en ciencias ambientales.
Sostiene que hay mucho desconocimiento acerca de animales silvestres como este, pues se cree que toda la especie se alimenta de sangre y su inmensa mayoría es insectívoro, frugívoro, polinívoro y omnívoro.
“Hay plantas cactáceas que solo florecen de noche y ellos las polinizan porque son animales nocturnos, si los perdemos disminuye la población de especies vegetales”.
Considera positiva la labor de la rescatista Santa Rodríguez, pero recomienda hacerla bajo las medidas de protección necesarias para que ella y los organismos que resguarda estén en las mejores condiciones y asesorarse con especialistas para el sitio y horario ideal de liberarlos.
Precisa que en Tamaulipas existen alrededor de tres especies vampiras hacia el norte y centro de la entidad.
Sobre los peligros del contacto con murciélagos, refiere que son portadores de virus pero rara vez desarrollan las enfermedades o las contagian a otros seres vivos, incluida la rabia.
En noviembre del año pasado, el jefe de Zoonosis del Centro de Salud de Tampico, Raúl Chao informó que un análisis de laboratorio confirmó el virus de la rabia en un quiróptero capturado en una vivienda, por lo que pidió a la ciudadanía tener precauciones, pues suelen congregarse en zonas arboladas y casas abandonadas.
De acuerdo con información de Profepa, el ser humano no se encuentra en peligro por estos mamíferos, ellos huyen ante su presencia, incluso las especies que son hematófagas se alimentan de sangre de animales y no de humano.
No obstante, como cualquier ejemplar de fauna silvestre su manejo se debe realizar con precaución. Solamente atacan cuando son agredidos o ven peligro, advierte.
ledz