Por mes llegan al área de Atención Ciudadana hasta tres reportes relacionados a la obstrucción de banquetas y áreas públicas, así que la autoridad acude y cuando se demuele, se le cobra en el predial a la persona responsable.
Hay personal de la Secretaría de Desarrollo Urbano de Tampico que va a las colonias y hace la revisión dependiendo de la denuncia, así que informa a la autoridad y se le da el seguimiento al caso.
Carlos de la Rosa Durán, secretario de Desarrollo Urbano en el puerto, informó que los vecinos son los que se quejan y por mes llegan de una hasta tres peticiones de retiro de obstrucciones.
“Las quejas, porque trabajamos con base a eso, llegan por medio de Atención Ciudadana y se les da seguimiento porque nadie puede obstruir los espacios de uso público como las banquetas”.
Van desde maceteros o jardineras que obstruyen media banqueta, hasta pisos extremadamente resbalosos que han colocado sobre las mismas áreas de tránsito peatonal y han causado accidentes entre la población.
“Hay algunas rejas en los domicilios que sobrepasan las medidas permitidas y salen, ocasionando una obstrucción, ahí en esos casos se habla con el ciudadano para corregir el detalló”.
Con cargo al predial
En el dado caso de que exista la identificación de las obstrucciones y el ciudadano tenga conocimiento, pero no cumpla con la indicación de quitarlo, a través de Obras Públicas se retira y dichas maniobras se cobran en el impuesto predial.
El funcionario exhortó a la población a denunciar porque nadie puede obstruir las banquetas con nada, ya que es patrimonio de la ciudad y lo que se pretende es evitar los riesgos en los peatones.
Muchas de las obstrucciones se registran en las colonias de Tampico, en Infonavit, en la zona norte y también en colonias de la zona norte, así que cualquier ciudadano con problemas de este tipo pueden acudir a las instalaciones municipales.
Algunas son de comercios que han adecuado las banquetas para su uso exclusivo, los cuales han sido mal vistos por los habitantes de los sectores diversos, que al final son los que se animan a quejarse.
EAS