A los habitantes de la Isleta Pérez les dicen que viven en un “pueblo fantasma” desde hace treinta años, porque el único atractivo del lugar son bodegas en ruinas rodeadas por el río Pánuco y el Canal de la Cortadura, las cuales fueron testigo del auge industrial en Tampico, hoy en espera de algún proyecto turístico que los ponga en el mapa.
Doña Eva tiene 70 años de edad y desde los once años vive en esta colonia de Tampico, ahí conoció al amor de su vida y crió a sus siete hijos.
Hoy en día tiene un puesto de ropa usada y cachivaches en la esquina de la calle Carranza y primera Avenida, en espera de la reactivación de su colonia, su hogar.
“Antes estaba bonita la Isleta (Pérez), estaba la fábrica de la Coca Cola, la Pepsi, era una cosa muy bonita, pero ahorita ya no es igual, no es lo de antes… hoy está muy feo, aquí por la noche se andan peleando los borrachos y no se ve que mejore”, expresó la mujer con un tono molesto, mientras se protegía del sol.
La bonanza de la Isleta, la cual data de los inicios de 1912 a 1915, cuentan sus pobladores que comenzó a decaer durante los ochentas, cuando las industrias allí instaladas se comenzaron a ir y sus pobladores también, porque el Gremio Unido de Alijadores les comenzó a comprar sus propiedades.
“Dicen que aquí en la Isleta es un pueblo fantasma”, contó la señora Mercedes Martínez Cáceres, quien nació en la Isleta Pérez y actualmente habita en el callejón de la Primera Avenida, por que nadie los visita y desde los últimos cincuenta años “no ha habido proyectos” que puedan detonar la zona.
“Es más, no salimos ni en el mapa de Google, no nos quieren”, reprochó la habitante de la histórica colonia de Tampico, refiriéndose a que el Street View no puede mostrar las calles de la Isleta, solamente una parte del callejón en donde se encuentra la Capilla de la Virgen del Carmen, área rescatada en el 2017. Con cierta nostalgia, Doña Meche, relató que en la década de los setentas se subía la barda y tenía la posibilidad de ver los juegos de los Alijadores de Tampico que militaban en la Liga Mexicana, además del carnaval que en algún momento ahí se llevó a cabo.
Aunque el ciclón “Hilda” de 1955 marcó un antes y un después en la citada colonia porteña, las empresas que aún se mantuvieron tras el desastre generaban miles de empleos en Tamaulipas y el Norte de Veracruz, a quienes solamente divide el río Pánuco, contó Rosy Cadena.
“De niña a mí me llenaba de emoción ver a los trabajadores pasar a las empresas instaladas, a la despicadora de camarón, la embotelladora Titán, el Orange Crush, La Misión, jabón El Cuco, Agua Universal, la Coca Cola, la Pepsi, eran miles y aquí había trabajo para todos”, rememoró emocionada.
La señora Rosa hoy en día atiende un negocio sobre la Segunda Avenida, una zona pegada al Pánuco, en donde el panorama está conformado por bodegas vacías, ruinas de lo que algún día fue la época pujante de la Isleta Pérez, la cual no pudo soportar el paso del tiempo.
“Los gobiernos pasan y hablan de proyectos turísticos, que van a invertir, que van a hacer esto y el otro, pero pasan las administraciones y no se ve nada claro hasta ahora”, comentó la ciudadana tampiqueña, quien por amor al sitio en donde nación aún se mantiene trabajando.
La única forma de reactivar la Isleta es con proyecto turístico.
No existe un proyecto específico en torno a la Isleta Pérez en este momento, porque la prioridad de las autoridades estatales y municipales es el desarrollo de la laguna del Carpintero, que en un mediano o largo plazo podría alcanzar a dicha zona histórica del puerto.
Carlos de la Rosa Durán, secretario de Desarrollo Urbano de Tampico, reconoció que “el desarrollo de la Isleta llegará conforme avance el proyecto del Carpintero, mediante el Canal de la Cortadura, lo cual sería en el futuro y conforme a los planes de crecimiento de la ciudad”.
Hoy en día se ha modificado el uso de suelo en la Isleta y de acuerdo al plan de desarrollo de la ciudad, se podrían construir edificios de hasta quince pisos en dicha zona, pero aún falta que los empresarios puedan voltear a ver dicha área de la ciudad aún en ruinas.
“Lo ideal es la construcción de una marina, que haya restaurantes, hoteles, que pueda haber embarcaciones”, refirió el funcionario municipal, quien recuerda que en esta administración ya ha habido un par de acercamientos de empresarios por invertir en un hotel y un restaurante.