Basta ver un vehículo negro con amarillo en las calles para saber que se trata de un taxi, hace años se encontraba más de uno en cada esquina, tras la llegada de las plataformas digitales esto ha cambiado de manera significativa.
De acuerdo a datos obtenidos en la Plataforma Nacional de Transparencia, el crecimiento de los taxis ejecutivos ha sido exponencial, tras empezar a operar en 2015 solo pasaron 5 años para alcanzar más de 27 mil unidades; superando en un 40 por ciento a las unidades tradicionales.
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Los primeros en ganar terreno fueron los conductores de Uber, que inició en junio de 2015, un año después en junio llegó Cabify y en 2019 DiDi se convirtió en la última. Aunque actualmente existen otras, estas son las más usadas por los poblanos.
En entrevista con el señor José Roberto Castel Castillo, taxista desde 1971, compartió que en aquellos años existían sitios en los que hacían base, el compañero que estaba en la punta era el encargado de contestar el teléfono, escuchaba el destino y partía, mientras que los demás se recorrían para hacer la misma dinámica.
“De aquel entonces a la fecha quedan solo 50 compañeros” dijo.
En 1980 abrió la primera central, después surgieron más, lo que hizo que cada vez hubiese menos sitios, por lo que Castel Castillo y quienes laboraban con él se unieron a la nueva forma de trabajar.
Con la llegada de las unidades ejecutivas, mencionó que disminuyó un 20 por ciento la cantidad de chóferes de taxis tradicionales, ya que la mayoría decidió buscar otro trabajo o mudarse a plataformas, debido a que bajó la demanda y las ganancias.
Uno de ellos fue, Jorge Herrada Huidobro, quien hace 7 años empezó a trabajar como taxista; sin embargo, tras año y medio decidió cambiarse a plataforma, comentó que él observó que con el paso de los años la tecnología iba a ganar terreno.
“Yo vi que el futuro son las plataformas y preferí cambiarme a tiempo”, mencionó.
Señaló que en este medio siempre hay trabajo, en cambio, en el taxi convencional hay que manejar por las calles esperando a que hagan la parada o marquen a la central. Agregó, que de la forma en la que trabaja se siente más seguro, ya que tanto él como el usuario tienen a la mano información de la persona con la que viajan.
Por su parte, Castel Castillo, explicó que los taxistas portan un gafete con sus datos para que el usuario se sienta más seguro y ellos tratan de trabajar en alguna central para no exponerse a los amantes de lo ajeno.
En ambos casos se observa competencia inequitativa a pesar de que prestan el mismo servicio. Por ejemplo, los taxistas deben asumir una serie de gastos como lo es la licencia mercantil, que tiene un costo de más de 2 mil 500 pesos; además, de pagar un curso de certificación por el cual pagan mil 500 pesos. Gastos que no absorben los conductores de plataformas digitales.
A ello se suma la diferencia salarial, aproximadamente los conductores ejecutivos reciben más de 5 mil pesos, mientras que los taxistas tan solo 2 mil pesos.
Ante este panorama los taxistas tradicionales luchan a diario por continuar, aunque cada vez hay menos, su estrategia es ser atentos, veloces y eficaces, para ganar la preferencia de los ciudadanos.
CHM