Heredera de una de las recetas de la gastronomía mexiquense que “más alegra el corazón”, Maribel Vargas se ha encargado de mantener vivo y latiendo al tecuí, una bebida típica del Valle de Toluca, la cual se ha convertido en un tesoro que se ha cuidado de generación en generación, poniéndole en cada ingrediente un poquito de amor y alegría.
De acuerdo con la tradición, la palabra tecuí viene del nahua tekuini, que se puede entender como 'latir el corazón’ o 'palpitar', dándole nombre a esta bebida alcohólica que se prepara a base de fruta, cacahuate, almendra, entre otros ingredientes, que se conjugan para darle ese sabor único y por el que se ha convertido en una de las favoritas del Valle de Toluca, particularmente de Calimaya, de donde es originaria.
Así, con el sonar de la guitarra, del guitarrón, las trompetas y los violines, pues este municipio también es reconocido como la capital mexiquense del mariachi, esta receta se resguarda celosamente desde hace varias generaciones, y aunque cada quien le pone su toque distintivo, en general se basa en frutas como la naranja, la caña, cacahuates, entre otros ingredientes, que le dan ese dulzor tan característico.
Con esta gran tradición que la respalda, Maribel se ha convertido en una guardiana de la bebida, pues junto a su familia se encarga de su elaboración, todo de manera artesanal, para después venderla en pequeñas ferias, festivales y así dar a conocer las tradiciones de esta región de la entidad, pues en un principio el tecuí solo se preparaba en celebraciones como el Día de Muertos o la Navidad.
Orígenes
Si bien, de manera oficial no se conocen los orígenes de esta bebida, se tienen al menos dos versiones, aunque la segunda es la más sustentada. Para algunos, esta bebida tuvo su origen en la época prehispánica; sin embargo, la segunda versión señala que su origen es más reciente, ya que muchos de los ingredientes que se utilizan para esta receta fueron traídos por los europeos, posterior a la conquista.
Para Maribel, esta bebida no solo significa una forma de salir adelante, también se ha convertido en esa conexión con sus seres queridos, pues la receta que heredó es de sus bisabuelos, quienes ahora forman parte de este proyecto, a través de la memoria, honrándolos con el trabajo diario.
80 años de tradición
Con esta receta, se dio vida a “Tecuí Doña Lupita”, proyecto en el que Maribel pone todo su empeño, pues señala que son casi 80 años de tradición. Para la elaboración de esta bebida utiliza ingredientes como cañas, guayaba, manzana, canela, pasas, alcohol de caña y azúcar, que son la base de la receta.
“Ya tenemos casi 80 años de tradición, desde mis bisabuelitos, ya somos la cuarta generación que lo elaboramos, es una bebida artesanal y natural, es como el buen mole, cada quien le pone su sazón; pero la receta tradicional, la original es ésta”.
Para que dé un mejor sabor, indica, se puede emplear una olla de barro, en la que se pone a hervir la fruta con el alcohol, agregando poco a poco los demás ingredientes, para que suelten todo su sabor y sus aromas.
“Está elaborado con jugo de naranja, tequila, alcohol de caña, pasas, cacahuates, almendras, no tiene conservadores. El proceso es cocido y le dura hasta 8 meses en refrigeración, lo saca y es como el buen vino, entre más añejado más rico”, señaló.
Maribel refiere que son varias las recetas, pues cada familia en Calimaya le pone ese toque especial; por ejemplo, para la base en la que ella utiliza jugo de naranja, en otras variantes se utiliza limón o lima, dándole un sabor diferente.
Aunque su sabor es delicioso, sobre todo por ese dulzor y la mezcla de las frutas, Maribel recomendó tener un consumo moderado, pues como dice un dicho de Calimaya “sabe a cielo y después pa´l suelo”.
¿Se toma frío o caliente?
Se puede tomar frío o caliente, además por su alto contenido en frutas y vitamina C, cuando se toma caliente, también tiene otras bondades, pues ayuda en el tratamiento de las enfermedades respiratorias, asegura, pues recuerda que sus familiares lo utilizaban en casos de tos o dolor de garganta.
Para este caso, explicó, se toma caliente, justo antes de ir a dormir, para que lo caliente de la bebida actúe y tenga mejores resultados.
Con el paso de los años, Maribel ha ido puliendo la receta familiar, ahora también ha trabajado en el envasado y etiquetado, haciendo mucho más atractiva la bebida, además, cada que puede, entre sus clientes platica un poco sobre esta bebida y lo que significa para ella y, en general, para Calimaya.
Por ahora, sus ventas solo se centran en pequeñas ferias o festivales, así como a través de su teléfono celular, en donde se pueden hacer los pedidos respectivos; pero espera seguir creciendo y seguir consolidándose como una pequeña comerciante.
Finalmente pidió valorar el trabajo que se hace de forma artesanal, ya que todo el proceso de elaboración requiere de su cuidado, de la selección minuciosa de cada uno de los ingredientes, pues de ello depende la calidad, además segura que el amor que le imprime ha sido lo que la caracteriza.
En Calimaya, ya son varias las familias dedicadas a la elaboración de esta bebida tradicional, convirtiéndose en una opción para emprender y a su vez preservar esta receta que data de hace varias décadas.
Aseguran que no hay mejor mezcla que escuchar a un buen mariachi, acompañado de un jarrito de tecuí, para “alegrar el corazón”.
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