Texcoco ofrece a CdMx ahuehuete del último jardín del rey-poeta Nezahualcóyotl

La arboleda de 72 ahuehuetes centenarios alcanzan los 40 metros de altura con diametros de 6 a 8 metros.

Jardines del rey poeta Nezahualcóyotl (Diseño: Margarita Salmorán)
Texcoco /

El último vestigio de los jardines del rey poeta Nezahualcóyotl se localiza en el ejido San Felipe, en Texcoco, Estado de México, donde una arboleda de 72 ahuehuetes de hasta 40 metros de altura se eleva para orgullo de los ejidatarios, que desde hace 25 años propagan la semilla, y ahora ofrecen uno de sus ejemplares a la Ciudad de México, para trasplantar a la Glorieta de Reforma.

“Estos ahuetes tienen 700 años, la historia marca que lo sembró Nezahualcóyotl, el rey de Texcoco, el rey poeta”, dijo en entrevista con MILENIO, Mario Meza, representante del Ejido San Felipe y Santa Cruz de Texcoco.
Jardines del rey poeta Nezahualcóyotl (Foto: Javier Ríos)

La arboleda de 72 ahuehuetes centenarios alcanzan los 40 metros de altura con diametros de seis a ocho metros; su presencia es un oasis en el municipio; los texcocanos pasean bajo su poderosa sombra y organizan días de campo los fines de semana. Además de los ahuehuetes centenarios, los oriundos han plantado otros 160 ahuehuetes de hasta 25 años, para preservar la herencia botánica del rey poeta.

La arboleda de 72 ahuehuetes centenarios alcanzan los 40 metros de altura (Foto: Javier Ríos)
“En todas sus habitaciones o sus lugares de Nezahualcóyotl siempre había arboledas, a donde él ponía la mano, sembraba a los ahuehuetes, que es el árbol nacional de México. ¿Qué significa ahuehuete? Viejo del agua”, dijo Mario Meza.

La arboleda se encuentra en el ejido texcocano de San Felipe, se localiza a unos cuatro kilómetros del Palacio Municipal de Texcoco, y a unos 35 kilómetros de la glorieta, donde dos ejemplares traídos de Montemorelos, Nuevo León, han tenido dificultades para adaptarse a las condiciones de la capital. Por ello, los representantes del ejido, ofrecen dos de sus ejemplares para trasplantar a la afamada rotonda.

“Aquí está este arbolito, si gustan para la Ciudad de México se lo podemos donar, ya que su hábitat está muy cercano”, expresó Sixto Onofre, representante del Ejidos San Felipe y Santa Cruz.

En un recorrido realizado por MILENIO, el ejidatario Mario Meza mostró en su parcela, uno de los jóvenes árboles que dice, está listo para trasplantar hacia una de las avenidas más importantes de la capital, dentro de la misma región.

La arboleda se encuentra en el ejido texcocano de San Felipe (Foto: Javier Rios)

“Cuando quieran este ahuehuete está disponible, tiene 25 años y se los donaríamos con gusto. Este árbol se adaptaría más por el clima, este aguantaría hasta el smog”, aseveró.

Adelantó, que este año, como parte de los programas productivos que impulsa la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) para el Lago de Texcoco, integrantes del ejido lograron obtener subsidios para establecer un vívero para la producción de 3 a 5 mil ahuehuetes, fresnos y ahuejotes cada año.

Saúl Alcántara, ha sostenido que el árbol está desahuciado (Foto: Javier Ríos)

Opiniones encontradas sobre el ahuehuete de Reforma


A más de cien días de la llegada del segundo ahuehuete a Reforma, luce seco y decaído; el especialista de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Saúl Alcántara, ha sostenido que el árbol está desahuciado; mientras que el integrante del comité de expertos para el cuidado del ahuehuete, Édgar Ojeda, asegura que sigue vivo, adaptándose lentamente.
El ejidatario Mario Meza mostró en su parcela (Foto: Javier Ríos)
“Este shock implica que el árbol pues pierda pierda hojas o que hagan este proceso de otoñización como se le conoce que pasa de color, a lo mejor no las tira las hojas, pero pasan de un color verde a un color dorado o café, y posteriormente el árbol mismo empieza como que a trabajar dentro de sí a tomar energía y dedicar esta energía a a crear estos nuevos brotes”, indicó.

HCM

  • Fanny Miranda
  • Reportera de MILENIO, fan de la naturaleza y cazadora de atardeceres. Por sus trabajos sobre medio ambiente, ha ganado el Premio Aleman de Periodismo Walter Reuter 2022 (2do lugar) y Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2016, entre otros.

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