Los tianguis de la Ciudad de México se han adaptado a una nueva normidalidad, la cual conlleva la implementación de distintas medidas de higiene, esto para protección de comerciantes y asistentes.
En particular, el tianguis de San Felipe de Jesús, en la alcaldía de Gustavo A Madero, no es la excepción, ya que a lo largo de sus ocho kilómetros, colocó lavabos para impulsar un lavado frecuente de manos.
“Los tianguistas tiene indicaciones de sanitizar su espacio antes y después de que se van, por lo menos tres veces al día con agua clorificada. Tienen que traer guantes, mascarilla, lentes y todo eso”, explicó, la líder de una parte de los comerciantes de este lugar, Rosario Zapote.
No obstante, los comerciantes no sólo deben lidiar con las caídas de sus ventas, sino con los usuarios, a quienes les ha costado adaptarse a estas reglas de seguridad.
Lo anterior, a pesar de que se les ha exhortado a ser responsables por y para bien de todos, toda vez que el miedo a contraer el virus esta latente.
“Si hay uno que otro que no trae las medidas, es decir, de un 90 por ciento el 10 por ciento no cubre las expectativas pero si se está viendo la mejoría y es cosa de educación”, señaló, el comerciante de playeras, Jaime González.
Quienes comercializan expresan su temor de contagiarse, pero deben trabajar para generar ingresos para su familia.
“También porque yo en lo personal vengo a trabajar, pero sí da miedo venir y salir y yo si no trabajo yo no salgo para nada pero pues tenemos que seguir adelante. Claro con las precauciones que debemos de tener”, detalló, Patricia López, quien vende cosméticos.
Los usuarios, son conscientes de que la sana distancia en este mercado sobre ruedas es casi imposible, pero su necesidad de comprar es más fuerte.
“Están bien las medidas pero muchos no la respetan, no andan con cubrebocas andan como si nada. Ya se necesitaba porque estamos acostumbrados cada ocho días a comprar”, concluyó, José Alonso, cliente del tianguis.
EB