Tener siempre una biblioteca en casa, “para que vean que siempre los libros están ahí cercanos y al alcance”, es una de las recomendaciones que realizó el escritor e investigador venezolano Fanuel Hanán Diaz a los padres de familia para fomentar el hábito de la lectura entre sus hijos.
“Si tú me preguntas cuál sería la fórmula, leerles en voz alta. Creo que la lectura en voz alta es la fórmula ganadora, es la mamá de todas las estrategias. Si tú te tomas un tiempo de calidad, dices, ‘no, no tengo tiempo’, ‘estoy cansado’, ‘tengo que hacer muchas cosas’, ¡No! Diez minutos de calidad para leer una historia y volvérsela a leer si él quiere. No tiene que ser necesariamente antes de dormir pero sí, un ritual bonito”, señaló durante la presentación de su libro ¡No, tú no! dentro de las actividades de la Fiesta del Libro 2022.
Añadió que este hábito se puede llevar a cabo en cualquier momento del día, “creo que esta es una manera como tú te conectas con la voz y con otro lenguaje (…) y con la cercanía que puedes tener con tu hijo”.
Destacó que mantener este hábito, “puede tener una importancia a futuro. Darles el placer por escuchar una historia y tenderles puentes de comunicación. Cuando ya ellos sean adolescentes va a haber un ritual de conversar fundamental para no perder la confianza”.
“Creo que la lectura va mucho más allá de no solo incentivar el placer por los libros sino establecer puentes de comunicación para hablar. Se necesita hablar, generar confianza y creo que esa es una decisión muy hermosa, el leer en voz alta”, agregó.
Para el egresado de la facultad de literatura en la Universidad Católica Andrés Bello y quien trabajó en el Banco del Libro de su país por casi 30 años, su libro es para él un parteaguas, porque se dedicaba a la atención a la comunidad, principalmente indígenas, para la apertura de bibliotecas.
Ganador de varios premios a nivel internacional, siendo el más especial la elección de esta obra por parte de los niños de Francia como la mejor del año, se define más como un investigador que escritor, donde se especializó en la literatura infantil.
Respecto a ¡No, tú no!, aceptó que lo sorprendió cuando le informaron que lo vieron publicado en francés antes de que saliera la edición en español; además de que lo incluyeron en la lista de honor en un concurso y dentro de los más recomendados para su lectura.
Indicó que no escribe ficción, sino que se me mete a la investigación y con base en ella hace sus obras. “He escrito más sobre no ficción”, precisó.
Aseguró que genera contenidos y luego va conformando la historia. “Es como soltar mensajes dentro de botellas en el mar”.
Respecto a esta obra, dijo que en realidad la historia comenzó hace muchos años con una propuesta que le hizo la editora Mónica Bergna de escribir un libro con unos personajes estrafalarios.
“Un libro acerca de la aceptación del otro. Pero resultó un relato distinto, con el matiz de la salvajización del niño domesticado, la necesidad de volver al reino de la infancia, en un movimiento inverso al que muchos libros para niños plantean que es la expulsión del territorio de la infancia”.
Explicó que se trata de una niña perfecta, agobiada por el mundo de los adultos que le piden ser educada, limpia, acartonada. “En un viaje exploratorio se encuentra con unos seres extraños, visualmente parecen monstruos, pero en realidad son felices y desparpajados”.
Comentó que todos los esfuerzos que ella hace para que la acepten hablan de esa necesidad de recuperar lo salvaje de la infancia, algo que perdemos como seres sociales. “Olvidamos que se debe reír a carcajadas, expresar abiertamente los sentimientos, ensuciarse”.
Lamentó que “ahora hay más peligros, sin celular, uno vivía una infancia salvaje. Ahora no lo veo más, sin tantas reglas como ahora. Luego llega el adulto y se establecen reglas. Es el mundo reglado el que se cuestiona en el libro”.
Durante su participación, habló sobre las gráficas que ilustran su libro. “El azul se torna más azul y las hojas tienen ojos y garras”.
Estas fueron realizadas por el ilustrador Luis Lestón, quien vive en Galicia y que aseguró que fue una experiencia maravillosa porque permitió complementar la idea de lo que no estaba asentado en el texto. “Roberta se presenta como una niña recatada que a lo largo de la historia se transformó”.
Indicó que todos los personajes que dibujó fueron para tender puentes y complementar a lo que está escrito.
Por su parte, Hanán Díaz señaló que su proceso creativo inicia con la lectura, continúa con caminar y después se sienta y “saca todo” mientras escribe.
Tras lo cual habló de los caminantes venezolanos, aquellos que están realizando una migración por la situación de su país, y se preguntó, “¿qué sentirá un niño mientras camina, camina y camina? ¿Qué pensará y sentirá? A partir de ahí me sensibilicé y me abrió para ‘expulsar’ eso que se tiene dentro y que a veces me da miedo”.
Finalmente, reveló que no escribe por encargo, sino porque en su caso es para “expulsar” lo que tiene dentro.
CHM