Luis Rodríguez adopta animales en situación de calle desde hace ocho años, los mantiene en un predio ubicado en el cruce de 8 de Julio y Periférico, espacio que ha sido su hogar y lo era de sus 33 perros, a quienes llamaba hijos porque dice amarlos como a una familia, sin embargo, la tarde del miércoles Don Luis vivió el horror extremo, al ver morir a 27 de sus 33 perros, luego de ser envenenados.
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Acostumbrado a que vecinos y gente de la zona le regalé comida para sus hijos, ese día Don Luis se encontró con una bolsa de huesos y pellejos de pollo en la entrada de su hogar.
“Yo llegué, salí a hacer mi rutina como todos los días. Llegué y me tropecé con la bolsa de huesos y desgraciadamente yo se los di de mi mano porque otras veces me deja la gente comida. Yo pensaba que era comida para ellos, pero yo no sabía que era veneno”, detalló.
Cerca de 15 minutos después de que los perros habían comido los huesos y carne, el horror comenzó.
“Empezaron a correr como locos, chocaban con las paredes, hasta que ya se cansaban y se tiraban porque ya no podían caminar y como que les pegaban ataques, quedaban completamente estirados”.
Al ver la reacción de sus hijos, Don Luis intuyó que la comida estaba envenenada así que corrió a una tienda de conveniencia para comprar leche, con la esperanza de contrarrestar el veneno.
Pero la leche de nada sirvió, en cuestión de 30 minutos 15 perros murieron. Quedaron sin vida en diferentes puntos del predio. Al día siguiente fallecieron otros 12 perros. En total, 27 caninos perdieron la vida
“Sentí que se me iba mi vida también porque eran mi vida, eran mis niños, sí me pudo bastante porque no se vale eso, no se vale”, dijo al borde del llanto.
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Don Luis relata que tres perritos no ingirieron la comida presuntamente envenenada porque en ese momento se encontraban amarrados y otros tres de los que sí comieron los desperdicios lograron sobrevivir, aunque requirieron atención médica.
La mañana de este domingo Don Luis visitó en la veterinaria a los tres caninos sobrevivientes, quienes no pudieron ocultar su alegría al ver a su papá.
La muerte de los 27 perritos de Don Luis causó indignación y tristeza a sus vecinos, quienes decidieron movilizarse. A través de whatsapp se organizaron para limpiar el predio donde residían los perros, con la intención de que pueda ser un lugar más digno para los próximos caninos que adopte Don Luis.
Con escobas, palas, machetes y maquinaria, la mañana del sábado, sus amigos se dieron a la tarea de quitar la maleza, sacar el cartón, plásticos y madera, los cuales solía juntar para reciclar y subsistir.
“Nos hemos estado uniendo para poder darle una vida más digna al señor Luis, todos están aportando su esfuerzo, se están arriesgando en persona para que esto se limpie, para construirle una casita y pueda vivir más dignamente”, dijo Jenny, Vecina de don Luis.
Se sumaron rescatistas de animales como José Guadalupe quien alberga en su hogar a 15 perros y 9 gatos. En cuanto se enteró de lo sucedido a Don Luis, fue al predio y con su machete ayudó a quitar maleza, pero al hacerlo encontró los cadáveres de tres perritos.
“Cuando me dijeron de lo que había sucedido, de la canallada e inhumanidad que hicieron aquí pues hay que venir a apoyar no lo pensé y vamos para allá”, aseguró.
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José hizo un hoyo en la parte trasera del predio y ahí sepultó a los cuadrúpedos. Entre cal y tierra les dio a los perros de Don Luis el adiós que él le daría a sus propios animales.
Los residentes de la zona se dicen indignados y conmocionados por el envenenamiento masivo. Recuerdan como Don Luis todos los días, solía pasear con ellos en caravana por la avenida 8 de Julio.
Tres de los seis caninos sobrevivientes permanecieron en el inmueble a pesar de la tragedia que presenciaron.
MC