Desde 1931, vestido con un cotón, pantalón y camisa de manta, acompañado por un sombrero de palma y entre sus hombros un bule donde lleva aguardiente y en el otro un morral que contiene cañas, jícamas y dulces, que reparte en su transitar por las calles de la comunidad de Santo Domingo Tonahuixtla, el Año Viejo cobra vida.
Lo representa un hombre caracterizando a un anciano, refiriendo al año que termina, y es el encargado de amenizar dicho festejo con los habitantes de la localidad, perteneciente al municipio de San Jerónimo Xayacatlán, ubicado al sur del estado de Puebla, en el límite con Oaxaca.
Su recorrido por las calles de la ciudad inicia al caer la tarde del 31 de diciembre y su primera parada es en una capilla de la comunidad, donde entrega un ramo de flores y una veladora, en ofrenda a Dios.
Después, se rompen algunas piñatas, mismas que son donadas por los vecinos. Los niños se encargan de romperlas acompañados de los tradicionales cantos de Navidad.
Al término, el Año Viejo inicia su camino por las calles principales y a su paso se va despidiendo de los habitantes, al tiempo que un grupo de comparsas y músicos de viento se le unen.
Luego, en mixteco, emite un mensaje de paz, esperanza y reflexión para el año que viene y finalizan degustando un refrigerio que consiste en tamales y atole de maíz, que se cosecha en la región. Ofrecerá este alimento a todos los presentes como símbolo de unión y amistad.
El Año Viejo invita a los presentes a que lo acompañen en sus últimos minutos y juntos recorran, una vez más, las principales arterias. A la par del trayecto, baila al ritmo de la música de viento y sigue con los regalos de dulces y frutos que lleva en el morral; además, comparte el aguardiente entre los presentes.
Asimismo, toca a las puertas e invita a los vecinos a que se unan al recorrido, cuya segunda parada es el templo de la comunidad, donde se venera a Jesús de Tepalcingo y cuya celebración es el tercer viernes de Cuaresma.
En el interior del templo, el Año Viejo también entrega un ramo de flores y una veladora para después seguir su rumbo hacia el centro de la localidad, donde baila, platica con la gente, bromea y hace participar a los asistentes, a quienes les emite un mensaje de solidaridad. Aquí también lo hace en lengua mixteca.
A la par, regala juguetes y colaciones, como símbolo de la abundancia que hubo en todo el año; y se despide de los vecinos para iniciar su recorrido por un camino de terracería.
Minutos antes de la medianoche, continúa su camino hasta perderse en la oscuridad y así dar paso a otro personaje que es representado por dos niños vestidos de blanco, que dan el significado a la entrada del Año Nuevo.
Ellos portan en sus manos un cirio que simboliza la paz y deben de apurar su paso pues en punto de la medianoche deben de estar presentes en el centro de la comunidad para ser recibidos con fuegos pirotécnicos.
El Año Viejo acompaña a la gente, pero su participación ya es secundaria y concluye al depositar su vela junto a los cirios de la iglesia. Ahí termina la celebración con un rosario o misa de año nuevo.
Este año habría de cumplirse la edición número 89 de la representación de dicho evento, pero por la contingencia sanitaria, tanto el municipio como el comité organizador, encabezado por Gerardo Reyes, mejor conocido como el “Viejo de Teno”, determinaron cancelarlo.
Recordó que nunca se había dejado de hacer: “Desde hace 89 años se ha celebrado, en algunas ocasiones con una pequeña celebración; nunca se ha dejado de hacer, pero este año ha sido cancelada”.
Anunció que solo habrá un mensaje virtual e invitó a las personas a seguirlo a través de las redes sociales, donde se difundirá este mensaje.
“Este año la situación está un poquito complicada y se toma la decisión, junto con la comunidad de Santo Domingo Tonahuixtla de cancelar los festejos, incluido el Año Viejo. Entonces, lamentamos esta situación y por este año, 2020, no se va hacer el festejo del tradicional Año Viejo”.
Apuntó que “afortunadamente la tecnología que está hoy en día nos va a permitir hacer alguna emisión enviar un mensaje a la población, le pido a la gente que se queda en casa y se pueda conectar. Eso es lo único que vamos a hacer este 31 de diciembre”.
Por último, señaló que “no es momento de festejar ya que hubo mucha gente que enfermó o perdió la vida, o que perdió el trabajo. En 2021 vamos por la revancha y vamos a organizar lo que no pudimos hacer hoy”.
mpl