La llamada explosión de Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo, ha sido llamada así erróneamente desde aquel 18 de enero de 2019, cuando tras el estallido en una toma clandestina de un ducto propiedad de Petróleos Mexicanos, 137 personas fallecieron y 13 sobrevivieron tras recibir atención médica en hospitales.
Así lo explicó el Presidente Municipal de Tlaxcoapan, Jaime Pérez Suárez, quien dijo que los acontecimientos de San Primitivo no se registraron en el municipio de Tlahuelilpan sino que corresponde a la localidad que encabeza “desde donde se continúa buscando que Pemex adjudique el terreno, donde podría construirse el memorial para los difuntos”, sostuvo en entrevista.
Fue el 14 de octubre de 2019 cuando Pemex Servicios S.A. de C.V. adquirió el inmueble, luego de que autoridades federales gestionaran con la Fiscalía General de la República el levantamiento del aseguramiento de las tierras particulares de cultivo donde se registró la explosión.
Sin embargo, a cinco años de la tragedia ocurrida en los límites de Tlaxcoapan y Tlahuelilpan en el estado de Hidalgo, y con el acuerdo por escrito que sustenta la Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, para “dar el terreno en comodato al municipio de Tlaxcoapan con el único propósito de que sea para uso exclusivo del memorial”, la alcaldía admitió que el proceso continúa trabado.
Explicó que sobre todo son temas de seguridad los que han frenado los trámites, pues los ductos de gasolina continúan estando debajo y se pretende evitar una nueva desgracia, toda vez que las tradiciones llaman “a encender velas, veladoras y hasta anafres que podrían resultar peligrosos”, consideró Jaime Pérez.
“Petróleos Mexicanos pone los lineamientos, estamos sobre los ductos, sería repetir la misma historia si no se atiende; estamos viendo cuál sería el mejor punto para no causar el mismo problema, pero se sigue en diálogo”, dijo Pérez Suárez, quien con este planteamiento deja abierta la versión de una eventual reubicación del memorial, como comentaron algunos familiares de las victimas durante el acto conmemorativo del quinto aniversario de la explosión.
La Comisión Nacional del Agua modificó tras la petición de habitantes de la región Tlahuelilpan-Tlaxcoapan los terrenos donde se generó la tragedia, pues canceló el canal de riego que pasaba por la zona y se desvió para no afectar a campesinos que continúan sembrando en la entonces denominada zona cero, donde no existe el prometido memorial pero sí alrededor de 60 capillas y cruces que deudos construyeron e instalaron con recursos propios.