Los trabajadores informales en Puebla enfrentan un triple reto ante la contingencia generada por la contingencia generada por el coronavirus: su escolaridad promedio es de 8.6 años, es decir, se quedaron con el segundo se secundaria; mientras que 87 por ciento carece de servicios médicos y su suelo no es estable ni cuenta con prestaciones ni aguinaldo y carece de posibilidad de reparto de utilidades.
En el punto anterior coincidieron los investigadores de la Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Liliana Estrada y Israel Gerardo García Pérez, quienes coincidieron en resaltar que la informalidad laboral implica considerar indicadores de vulnerabilidad.
Durante un encuentro virtual de especialistas en economía organizado por la Licenciatura en Economía y Finanzas del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Puebla, Estrada Quiroz explicó que el empleo informal registra un promedio de escolaridad 8.6 años, es decir, segundo año de secundaria; mientras que, en los empleos formales, la escolaridad es de 12 años.
“Del total de la población que estudia y trabaja, 62 por ciento lo hace en la informalidad, principalmente por razones de flexibilidad de horarios. El sector informal envuelve las características del lugar donde se labora, mientras la informalidad laboral se relaciona con las características del trabajo de la persona”, comentó.
Resaltó que el empleo informal no agropecuario en Puebla se encuentra por encima de la media nacional: 66.2 por ciento, lo cual, representa 1.5 millones de personas; mientras que a nivel nacional es de 52 por ciento que se traduce en 25.4 millones de personas en todo el país.
Estrada Quiroz lamentó que las condiciones laborales son deficientes para toda la población ocupada; sin embargo, quienes ostentan empleos informales se encuentran en una mayor desventaja ante una contingencia como la generada por el coronavirus.
“La mayor parte de los trabajadores en vulnerabilidad laboral son los comerciantes, trabajadores en servicios personales y de la industria, artesanos y ayudantes”, explicó.
Por su parte, Israel Gerardo García Pérez, investigador de la Facultad de Economía de la UAP, comentó que, de acuerdo, con un estudio de campo situado en la ciudad de Puebla, se detectó que 87 por ciento de los trabajadores informales encuestados se ubican en el rubro subretribuido tipo 1, lo cual, implica la ausencia de una o más de las cuatro prestaciones básicas: servicios médicos, aguinaldo, vacaciones con goce de sueldo y reparto de utilidades.
“En el estado de Puebla, los últimos cuatro trimestres han tenido una inercia de caída en el indicador de la actividad económica. Desde la segunda mitad del 2019, las tasas de crecimiento fueron nulas o ligeramente negativas. La crisis en términos económicos que ya existía hasta inicios del 2020 se agudizará considerablemente con el escenario pandémico”, explicó el investigador.
Aseguró que la caída de empleo formal en los últimos meses se traducirá en un aumento de los puestos informales: “La incapacidad de generación de empleos formales y los despidos son factores que potenciarán la informalidad. Ante este escenario, el trabajo organizado será fundamental”.
mpl