Pinturas que relatan el paso de la historia, paredes que guardan vivencias de arrieros, oraciones y cantos de gente que buscó ayuda espiritual, es parte de lo que guarda la “Capilla Enterrada” que se encuentra en Zapotitlán Salinas, donde un grupo de estudiosos trabaja para su rescate.
Norma Huerta, presidenta de la Asociación Civil “Yo Restauro Patrimonio”, tiene a su cargo el proyecto de rescate de este espacio. Aclaró que el nombre de “Capilla Enterrada” se le dio, no porque alguien construyó un inmueble y le haya caído tierra encima, “más bien, fue hecho a la usanza de la construcción tradicional de la zona; excavaron en un montículo para ir dándole forma de una capilla, incluso aún se observan en algunos muros huellas de las herramientas que utilizaron para ahondar”.
- Te recomendamos Día de la Familia: 3 de cada 10 hogares en Puebla son encabezados por mujeres Comunidad
Expresó que de este espacio que está en zona comunal, no se tiene una fecha que indique el año de su construcción; es precisamente esta información la que se busca para conocer de cuándo data.
Añadió que es posible que el inmueble tenga cientos de años y era visitado con frecuencia cuando los arrieros pasaban por el “camino real” que pasa en frente; ahí hacían un alto para pasar la noche o bien para hacer oración para que su caminar se diera sin percances.
Aclaró que este santuario no es un inmueble federal, es propiedad de la comunidad por encontrarse en terrenos de esta autoridad, y el INAH por medio de las leyes federales, protege a los muebles históricos, ya que establece una serie de lineamientos y estudios para dar los permisos de restauración de inmuebles que tiene protegidos.
“Realicé una visita a Zapotitlán Salinas y, en el recorrido, uno de los primeros lugares a visitar fue la Capilla Enterrada. Al ver el estado en que se encontraba, nos interesó su rescate.
Conservación
La representante de la asociación, expresó que, inicialmente, este proyecto de intervención fue presentado a las autoridades comunales en una asamblea.
Y al tener la autorización de las autoridades comunales, recurrieron al Instituto Nacional de Antropología e Historia, que protege los bienes culturales que son catalogados como paleontológicos, arqueológicos e históricos, para que haya una intervención de rescate, ya que solicitan varios estudios en la parte arquitectónica para otorgar una licencia.
Explicó que para avanzar en el procedimiento, en el 2021 iniciaron los trabajos con la integración de un equipo interdisciplinario de arqueólogos, restauradores de bienes muebles e inmuebles, fotógrafos, arquitectos, entre estos un especialista en levantamiento con drones para los temas de realidad virtual, ingenieros, sociólogos, historiadores.
Con base en los levantamientos que hicieron en el 2022, Norma Huerta dijo que estos especialistas trabajan para cubrir los requisitos que pide el INAH para extenderles la licencia y que posteriormente puedan regresar a campo.
Con el permiso inicial que obtuvieron, intervinieron las pinturas que están en los murales y se encontraban en un estado delicado de conservación; además, hallaron fisuras en la bóveda y filtraciones de agua.
Daños por sismo
Debido al sismo de 1973, colapsaron tres cuartos. Esto ha hecho que la capilla esté inestable, porque hay procesos erosivos graves por el viento y el agua; por eso hay constante caída de material en el acceso a la nave de la capilla.
Para evitar que esto se siga presentando, la representante de la fundación busca recuperar los cuartos que estaban anexos a la capilla.
Además, encontraron que al interior de la capilla había aves y murciélagos que anidan sobre los murales y que las deyecciones que sueltan cuando vuelan, han hecho que las pinturas estén tapizadas de excremento.
AAC