Xochimilco está de plácemes. Y la fiesta está a punto. Después de casi cinco meses de que el servicio de las 3 mil 815 canoas registradas fuera cerrado por la emergencia del coronavirus, hoy viernes se dio la reapertura de sus once embarcaderos para el turismo nacional e internacional.
En sus diferentes embarcaderos se vieron propietarios y trabajadores limpiando sus unidades: fue una sanitización a fondo. Los restaurantes de comida abrieron para limpiar sus repisas y cortinas. Frente a los pocos visitantes, mujeres sobre canoas ofrecieron quesadillas de huitlacoche y cerveza.
A bordo de trajineras se vieron los mariachis y la marimba. Todo listo para la fiesta de los desconfinados.
Aún con semáforo naranja los embarcaderos trabajarán con un horario de 10 de la mañana a 7 de la noche, y el aforo en sus embarcaciones será del 50 por ciento. Muchos de sus trabajadores no volverán a sus actividades.
En el embarcadero Fernando Celada trabajan 150 trajineras. Su tesorera Xóchitl Valle Mendoza afirma que los jóvenes que trabajan con los remos “sí la vieron un poco pesado”, en estos 5 meses de cierre.
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Dijo que las autoridades locales les dieron una ayuda de 12 mil 800 pesos, entregada en tres partes, además de una despensa. Esta ayuda sólo fue para los nativos de Xochimilco y el resto, gente llegada de otros estados, como Guerrero, por ejemplo, simplemente no recibió nada.
Tan solo de este embarcadero dependen entre 250 y 300 familias, incluyendo los vendedores de antojitos y músicos .
Pero no solo ellos fueron los afectados por el cierre, sino también los taxistas que llevan y traen al turismo, comerciantes de artesanías, cuidadores de vehículos, “toda la comunidad se vio afectada por está pandemia, desgraciadamente”.
“Hay algunas personas que sí tenían otro empleo que poco a poco fueron mediando la situación, pero hay gente que no. La mayoría no tiene un trabajo fijo o los que tienen chinampas iban al mercado y vendían."
Todos ellos laboran a diario sin prestaciones sociales.
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Las trajineras y canoas “sufrieron un deterioro al estar paradas y los rayos del sol, las inclemencias del tiempo hacen que la madera se parta. La pintura también se echó a perder por las inclemencias del tiempo, los adornos; esperemos que con la reapertura resurja Xochimilco”.
Para atraer al turismo, los propietarios de trajineras han rebajado en un 30 por ciento el alquiler de una hora de servicio. De 500 a 350 pesos.
En un recorrido por varios embarcaderos se pudo ver que los visitantes iban llegando poco a poco. Pero esperan que este fin de semana, llegué más.
El secretario de la Unión de Caoneros Xochimilquenses Fernando Celada, Francisco Romero, informó que en 5 meses de cierre “hubo un declive económico muy fuerte; nuestras canoas están deterioradas por no circular”. Éstas necesitan de agua y movimiento para vivir. De lo contrario “la madera se abre, como no tienen movimiento se agrava la situación, no importa si están bien pintadas si no hay movimiento, si no hay peso, si no se humedece la madera, se deterioran”.
Informa que en este embarcadero muchos de sus remadores “se fueron en búsqueda de trabajo para sustento de sus familias, casi el 20 por ciento ya no están”.
El servicio de trajineras, que cuenta con una concesión de cien años a particulares, oriundos de Xochimilco, es un punto de referencia de la Ciudad de México y su tradicional fiesta anual de La Llorona que hacen en el mes de noviembre, está en veremos. Todo está en que la pandemia del coronavirus amaine.
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A la entrada del embarcadero Nuevo Nativitas nos encontramos con Bernardo de 55 años. Desde que era niño se dedicó a remar para los visitantes. Orgulloso, lleva sobre el hombro su remo de madera de oyamel de unos cuatro metros de largo.
“Ya me voy a remar, lo que pasa es que ya nos abrieron el embarcadero y pues hay que remar, tenemos medio año sin trabajar. Nosotros venimos desde chavitos aquí a remar”. Está feliz, pues su economía no marchó nada bien.
Por su parte, el presidente de la Asociación Independiente del Embarcadero Nuevo Nativitas, Genaro del Monte, narra que en cinco meses de cierre “la padecimos, la sufrimos. Muchas personas lamentablemente no se pudieron quedar en casa salieron a trabajar; las trajineras, pues también son embarcaciones que necesitan mucho mantenimiento. La mayor parte de la gente, está regresando a trabajar, pero ahorita estamos trabajando el 30 por ciento de nosotros”.
Esta organización, agrupa a 69 propietarios de 260 trajineras. “Creemos que la situación seguirá difícil pero la estamos visualizando con fe con entusiasmo para empezar a recibir al turismo con medidas sanitarias necesarias para cuidar su salud, como la de nosotros.
En Xochimilco existen 185 kilómetros de canales y en dos horas una trajinera recorre un aproximado de tres kilómetros.
Informa que, en plena crisis de la pandemia, solicitaron un crédito al Banco del Bienestar a raíz de la publicación de una convocatoria. Serían préstamos de 25 mil pesos. Pero… “pero como tal, no tenemos noticias; eso lo tramitamos hace un mes los compañeros que realmente lo necesitan y ahorita estamos a la espera, ojalá y se dé. Necesitamos una entrada económica, muchas trajineras se fueron para abajo, se les tiene que dar mantenimientos…”.
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En un paseo en trajinera los enviados de MILENIO contactaron con Santiago Galindo del Mariachi Estrellas de México. Sobre los 5 meses sin trabajar, dijo “varios compañeros agarraron otros rumbos donde trabajar, esperábamos esta apertura, gracias a dios ya se hizo. Ahora esperamos que la gente que nos visite para que nos apoye económicamente”.
Bueno, hasta los visitantes están felices. Es el caso de Berenice y Sergio, que llegaron de Chihuahua hace cuatro días a la Ciudad de México, van felices con su mirada sobre el canal de aguas quietas.
En el cierre en Xochimilco, todos perdieron, incluso los restauranteros. Montserrat y Karina de El Mirador, limpian todo: cortinas, estufas, mesas, repisas…
La primera dice que para este fin de semana, habrá “un molito con pollo, unas quesadillas, comida corrida, a la carta, una cervecita… nada más una, porque las medidas”. Sí, siguen las medidas de higiene y cuidado.
Ambas coinciden “por el cierre, perdimos pues la economía no está bien, pero esperamos otra vez salir adelante que vuelvan nuestros clientes pues aquí los esperamos”.
En el mercado de artesanías Nuevo Nativitas, platicamos con Ulises Ruíz, quien igual coincide “pues nos fue muy mal con el cierre, con lo poco que se tenía, pues ahora sí que ahí la fuimos llevando”.
A los locatarios les han advertido que si se detecta un solo contagio de covid-19, “nos vuelven a cerrar y cositas así; ahora ya se abrió, pero eso no garantiza nada”.
Dice que de su vendimia dependen “más de 600 artesanos, no nada más nosotros, también son ellos, son gentes bien vulnerables que vienen desde la sierra…”. Éste es Xochimilco, ahora.
tm