El servicio de transporte público impacta de manera directa en la calidad de vida de más de 70 por ciento de los habitantes de la Zona Metropolitana de Puebla que todos los días viajan en unidades en mal estado, en un clima de incertidumbre y en medio de deficiencias.
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De acuerdo con el análisis “Puebla está lejos de alcanzar una movilidad integral para sus habitantes”, de Octavio Flores Hidalgo, investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), la zona metropolitana requiere de una movilidad sustentable, es decir, que sea capaz de sostener las necesidades de la sociedad, de moverse libremente, acceder, comunicar, comercializar o establecer relaciones sin sacrificar otros valores humanos o ecológicos básicos actuales o del futuro.
“La zona metropolitana de Puebla presenta deficiencias que han afectado a la movilidad de las ciudades poblanas, como es la mala distribución de rutas de transporte público; la contaminación ambiental; la ausencia de espacio público que sigue en proceso de abandono; la mala jerarquización del transporte y una deficiencia gubernamental para solucionar los problemas de movilidad”, resaltó el especialista.
Lamentó que, en la actualidad, se siga abordando el concepto de concepciones del transporte público y de esquemas “hombre-camión”, los cuales, ya están rebasados y requieren de nuevos modelos para atender las necesidades de movilidad de las personas.
“Desde la perspectiva de la política pública del desarrollo orientado al transporte, el transporte masivo es el eje rector de la movilidad de las personas, y no se está trabajando adecuadamente. Seguimos dando resultados de concesiones como en el siglo XX, y ahora, en este siglo debemos apostar por nuevas formas y modelos de transporte y de articulación en el territorio y, para ello, se cuenta con especialistas que se están preparando y que a la vez están trabajando en el gobierno municipal y estatal”, apuntó.
Para el investigador de la universidad poblana de carácter privado, ya no se puede seguir trabajando con modelos anquilosados, sin apostar a nuevas tecnologías, nuevos modelos de trabajo y a bajar los índices de contaminación.
Los tres elementos esenciales que se requieren implementar en Puebla para dar paso a una movilidad integral son: mejorar la vida de la ciudadanía, reducir la contaminación y mejorar la economía desde reducir los costos de desplazamiento, que todavía están lejos de alcanzarse.
“La movilidad en Puebla es un tema complejo, ya que toca varias llagas de los procesos de transformación de la ciudad y más si hablamos de la angelópolis y si ésta, realmente, cumple con esta premisa de tener una movilidad integral para sus ciudadanos”, cuestionó el investigador.
De manera adicional a los conflictos que genera el transporte público, se presenta otro problema, la contaminación. Las unidades, por su estado de abandono, en la mayoría de los casos, aportan, al menos, 33 por ciento, de las emisiones de CO2, derivados del proceso de combustión, sin tomar en cuenta el costo ambiental de la producción de dicho transporte, solamente del funcionamiento.
Por último, el investigador resaltó la importancia de promover el equilibrio social, ambiental y económico en el proceso de movilidad y traslados; así como la reducción del ruido, la mejora de la calidad del aire, la generación de microclimas, es decir, hacer más amigable la ciudad para las personas. El problema es que todo indica que la zona metropolitana va en sentido contrario.
CHM