En la Cúpula del Altar de los Reyes de la Catedral de Puebla se encuentra la obra El Triunfo de la Eucaristía Invent Xtoval, creación del artífice novohispano Cristóbal de Villalpando, quien la pintó al óleo y al temple.
Completada entre los años 1688 y 1690, esta comisión, bajo el mandato del obispo Manuel Fernández de Santa Cruz, fue iniciativa del canónigo Cristóbal Francisco del Castillo, quien con sus propios recursos la redecoró para subsanar los daños ocasionados a la decoración original tras el sismo de 1685.
Si bien, se desconoce el autor del programa iconográfico al que dio vida Villalpando, es muy probable que este haya sido ideado por un miembro del alto clero poblano versado en la teología que circulaba en la época, sin descartar el propio genio del pintor, atendiendo con ello reclamo de su firma.
El padre Francisco Vázquez Ramírez, rector de la Catedral, explicó que esta pintura también es conocida como La Gloria, Alegoría a la Eucaristía, Apoteosis de la Eucaristía, La Iglesia Triunfante, Adoración de la Eucaristía, Alegoría monumental del Santísimo Sacramento, La glorificación de la Virgen, La Eternidad o El Cielo.
Explicó que “si observamos con detenimiento el punto central de la cúpula es la virgen María sosteniendo una custodia con la Eucaristía, acompañada de dos ángeles, uno de cada lado, y precedida justo junto al cupulín, que es la parte donde está el centro de la cúpula, al Padre, al Espíritu Santo y a Jesucristo”.
Reveló que la compleja composición que da forma a esta pintura busca otorgar un papel protagónico a la Eucaristía, vinculada en términos teológicos e iconográficos la Asunción de la Virgen.
Apuntó que también hay escenas del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento.
“Nos habla del maná, el pan que Yahvé Dios le da al pueblo de Israel en el desierto. Nos habla de la serie de ángeles y arcángeles que tenemos”.
Agregó que también aborda o narra la Iglesia que tenemos, una Iglesia peregrina y que tiene que llegar a la eternidad, que es el cielo para nosotros.
“Estamos ante una obra muy reconocida, pocas de ellas conocemos en México. Aquí en nuestra Catedral está pintada y terminada hacia el año de 1688-1689. El autor de esta obra es Cristóbal de Villalpando”, comentó.
Vázquez Ramírez estimó que la creación de Cristóbal de Villalpando requirió un tiempo de unos 35 a 40 años para su elaboración.
Acotó que, en 1688, fue asignado veedor del arte de la pintura, cargo dado por el virrey por el gremio en las Ordenanzas de Pintores, Doradores y Entalladores.
En 1685 realizó un ciclo de cuatro pinturas para la catedral de México, considerados como sus obras de mayor empeño. Tres años después, hizo la pintura de la cúpula principal de la Catedral de Puebla.
En ese mismo año, en los contratos para unos retablos en una iglesia dedicada a San Bernardo, aparece de forma accidental su nombre con el cargo de alférez.
En 1702 ascendió a capitán, aunque estos rangos no eran más que simbólicos en su posición de artista, ya que la fuerza armada regular que hubo en la Nueva España hasta que Carlos III instaló a los regimientos veteranos, solo tuvo presencia con la Guardia de Alabarderos.
Respecto a la altura donde se encuentra la obra en la Catedral de Puebla, dijo que se localiza a unos 45 metros respecto al nivel del suelo.
“Es muy alto, ciertamente cada personaje tiene medidas especiales, cada pintura o cada ser pintado ahí, desde aquí lo vemos pequeño, pero tiene dimensiones muy altas, cada uno de ellos”.
Abundó que todas las imágenes en las alturas son mucho más grandes en dimensiones de lo que se ve.
“Tiene que alcanzar tu mirada a apreciarlas (…) La custodia es la que está en el centro y tiene más de metro y medio”.
Asimismo, elogió la creatividad del artista mexicano para determinar la composición de su obra.
“Cómo se dio idea el pintor para trazar primero quién va en torno a que; a quién le toca abajo, quién en medio y quién arriba. Primero trazarlos, porque todo se hace a lápiz y luego se plasma el color, sombras”.
Indicó que por tratarse de una catequesis tienen que estar las piezas o personajes colocados en torno a un punto que es el centro.
Dijo que el cupulín, además de marcar el centro de la cúpula, permite el ingreso de la luz para la iluminación de la obra.
“Hoy ya tenemos iluminación, en el siglo XVII no había luz, entonces está diseñado de tal modo que ingrese la luz solar”.
El padre Francisco Vázquez resaltó que en las pechinas están plasmadas Ruth, Esther, Judith y Jahel, personajes femeninos que arriesgaron sus vidas para salvar a su pueblo del inminente peligro de muerte.
“En pocos lugares vemos imágenes pintadas de algún ser femenino y aquí tenemos a las cuatro mujeres más importantes que menciona el Antiguo Testamento y de esa manera es como Villalpando le da esa presencia a la mujer. Quien está en el centro de esta obra es María tomando la Custodia, quien soporta la Cúpula, el Cielo, la Gloria son esas mujeres del Antiguo Testamento”.
Vale decir que en esta superficie pictórica hay un espacio poblado de nubes distribuidas en círculos concéntricos, y destellos de luz que irradian desde el centro hacia la imposta de la bóveda.
Este esquema se divide en siete círculos, la composición que a su vez producen secciones en las que se intercalan personajes del Antiguo y Nuevo Testamento, los Profetas, los Apóstoles y otros parientes cercanos a Cristo, estos son; Elías, Santa Ana, San Joaquín, Zacarías e Isabel, Moisés con las Tablas de la Ley, Aarón, el rey David con su arpa, José, Salomón, Juan El Bautista y varios conjuntos de apóstoles y ancianos cuyas identidades son desconocidas.
Está en peligro de desaparecer
El rector de la Catedral de Puebla dio a conocer que la cúpula donde se localiza El Triunfo de la Eucaristía, desde el 2017, se encuentra afectada por los sismos que se registraron y pesar de que fue esto fue reportado ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y que se asignó una partida para su reparación; sin embargo, es la fecha que ninguna intervención se le ha realizado, por ello corre el riesgo de perderse, pues una de las fisuras que presenta se abre cada vez más.
Precisó que la parte afectada se localiza cerca de uno de los ventanales, el que se ubica en el sector poniente, hacia el volcán Popocatépetl.
“En el 2017 tuvimos los temblores, el más fuerte nos dejó muchos daños en la Catedral. Se atendió lo más fuerte y se reportó, entre ellos, la Cúpula de Villalpando y El Coro, cosa que desde entonces no ha habido una respuesta”, mencionó.
Añadió que en el 2018 le reportó, a quien entonces estaba al frente de la institución, respecto a la restauración de la Catedral.
“El dinero estaba para su restauración, pero han pasado varios años y lo más triste es que vamos a sufrir si esta cúpula se le penetra el agua, si se sigue abriendo, si esta cúpula sufre daños, porque no va a ver forma de restaurarla, no va a ver forma de recuperar su originalidad”.
Advirtió que no es cualquier obra, y espera que las autoridades puedan intervenir para su restauración.
“No es cualquier obra, ojalá y pudiéramos poner esta atención porque el tiempo está pasando y el peor enemigo en los inmuebles es el tiempo, sobre todo cuando se tiene algún daño”.
Agregó que en la Catedral de Puebla existen nueve obras del artista Cristóbal de Villalpando.
“En algunas capillas tenemos La Sagrada Familia, tenemos también El Diluvio, tenemos también La Santísima Concepción de María (…) son obras que tenemos aquí en resguardo, tratando de conservarlas y que las heredemos a quien le toque cuidarlas después”.
Otra creación de Villalpando es La Transfiguración.
Del autor expresó que traía toda una catequesis para la eucaristía, para María, para el cielo y para la gloria. Villalpando es uno de los pintores más afamados de la Nueva España, cuya obra se realizó a fines del siglo XVII y a principios del XVIII.
Aunque no se tiene la certeza, se puede inferir que el pintor nació en México hacia 1649, gracias a un documento hallado en un libro de amonestaciones de españoles perteneciente al sagrario de la catedral de México, fechado en 1669.
En este documento, Cristóbal de Villalpando asegura ser hijo y legítimo vecino de la ciudad y, a continuación, se asienta el nombre de su esposa, María de Mendoza.
Los primeros trabajos localizados de Villalpando se remontan al año 1675, en el retablo mayor del convento franciscano de San Martín de Tours de Huaquechula, Puebla, donde se encuentran 17 lienzos dedicados a santos franciscanos, ocho a la vida de la Virgen y un Cristo crucificado.
CHM