El regreso de los alumnos a clases presenciales ha reactivado la economía, por lo que espacios como el tianguis municipal de Tula han mejorado sus ventas, lo cual les ayuda a superar la afectación económica provocada por la misma pandemia de covid-19 y por la inundación tras el desbordamiento del río Tula.
Lo anterior lo señaló Patricia Badillo Bárcena, dirigente de los comerciantes de ese inmueble, quien confió en que no haya nuevos cierres de establecimientos por la aparición de la nueva cepa de covid-19 denominada ómicron.
Expuso que el retorno a clases, aunque escalonado, es positivo pues permitió mejorar las ventas que hasta antes de ello eran menores, y las cuales incluso resultaron más afectadas por la inundación registrada en diversos puntos de Tula luego de que el Río Tula se desbordara durante la madrugada del 7 de septiembre.
La lideresa de los comerciantes dijo que a tres meses de la inundación ya retornaron a su actividad el 75 por ciento de los 400 comerciantes del tianguis, aunque dijo que un 10 por ciento cerró definitivamente pues no pudo recuperarse por las afectaciones económicas causadas ante la inundación.
El 15 por ciento restante, dijo, aún tiene posibilidad de reincorporarse, aunque requiere apoyos de créditos o financiamientos que permitan reactivar los establecimientos a la brevedad, particularmente en este periodo decembrino.
Confió en que no se registren nuevos cierres de establecimientos ante la variante ómicron, pues ello representaría un golpe significativo para el comercio en Tula que desde marzo de 2020 tiene afectaciones por la contingencia sanitaria, especialmente luego de que la Zona Arqueológica de Tula (ZAT) permaneciera cerrada por 20 meses.