Turismo cinegético se adapta a nueva normalidad en salud

El auge de la cacería en Tamaulipas se detuvo por la contingencia sanitaria, por lo que ahora busca reactivarse pero con medidas más estrictas.

Lenta la recuperación de la cacería en Coahuila.
Pablo Reyes
Tamaulipas /

Su ubicación geográfica, diversidad de especies y variedad de ranchos especializados han hecho de Tamaulipas el favorito de cazadores nacionales y extranjeros, consiguiendo un liderazgo nacional.

El auge cinegético comenzaba a ir en aumento, con cada vez mayor interés por parte de los habitantes de la entidad, pero también de cazadores del resto del país y Estados Unidos a finales de año, por la llegada de patos y gansos canadienses, principalmente al sur.

Justo cuando iba en incremento el interés en esta práctica llegó la pandemia y frenó de golpe la tendencia, ya que no sólo es disparar, sino la convivencia de las familias en torno a estas actividades recreativas.


Primero la inseguridad hace algunos años provocó una disminución en el movimiento de caza y ahora la pandemia del covid-19 nuevamente afecta en materia turística, ya que aunque llegan algunos extranjeros no es la misma afluencia que antes de la contingencia sanitaria.

José Manuel Argüello Rey, miembro de la directiva del Club Cinegético en Tamaulipas explicó que usan cubrebocas, guardan la sana distancia y asisten en pequeños grupos. Antes hacían comidas, había convivencia de familias pero ahora se ha evitado.

La práctica de la cacería atrae al turismo, porque Tamaulipas tiene características muy especiales y es un lugar muy bueno para desarrollar esta actividad, viene gente hasta de Estados Unidos y otras partes de nuestro país porque en invierno llegan patos y gansos canadienses; en agosto es la temporada de la paloma blanca y el huilote, entonces ese tipo de cacería a la gente le atrae”.

Expuso que poco a poco se va adaptando la actividad a la nueva normalidad y esperan que después de la contingencia, se recupere la afluencia de cazadores del vecino país, quienes buscan también mucho al venado.

El coronavirus ha evitado la convivencia, antes nos juntábamos muy seguido, carnes asadas, hamburguesas, eventos más cálidos, pero ahora solo vamos a tirar, todos a distancia y cada quien con su cubrebocas en caso de acercarse con compañeros”.

En Soto la Marina hay un hotel y los llevan a cazar palomas con sus respectivos permisos para tirar. Si llega personal del Ejército Mexicano, revisa los permisos y posteriormente les permite que procedan. Es lo quse busca hacer también en Tampico, Ciudad Madero y Altamira. 

José Argüello, puntualizó que hay mucha gente que está en contra de este tipo de entrenamiento, pero aseguró que es necesario porque se controlan poblaciones que no benefician en nada, como por ejemplo las palomas que nadie se las come y en cambio afectan los sembradíos.

“Aquí es una zona agrícola y se siembra mucho sorgo, las palomas son una verdadera plaga para el sorgo porque tiran más de lo que comen, se comen una y tiran 10 en el picoteo por decirte algo”.

Manifestó que por Villa Cuauhtémoc en Altamira llegan los patos y gansos canadienses, pero no se puede ir a cazar en cualquier lugar, hay unidades de manejo del área silvestre donde deben estar registrados y tener permiso del propietario de los terrenos, de cacería, transportación de armas y ser socio del club, entre otros requisitos.


“Es también dependiendo del animal que sea de temporada, es decir, no puedes llevar un rifle para venados, si vas a cazar patos, entre otro tipo de especificaciones para control y seguridad”.

La Semarnat controla los permisos de cacería, pero previo a ello analizan con un muestreo la población de animales y con base en eso se da la autorización por un porcentaje de ese número, para que no se extingan.

Siempre hay que ir con alguien que sepa sobre el manejo de las armas y que esté bien amparado con sus documentos”, DIJO el miembro de la Directiva del Club Cinegético Tampico.

Las competencias

Hacen dos competencias importantes al año: una es por el aniversario del Club Cinegético que fue a finales del mes de marzo la otra es en la época del cazador que es en octubre-noviembre.

“Hay muchos que quieren aprender pero no saben cómo, damos facilidades para que se acerquen, observen y el que quiera puede ingresar, hay talleres de teoría con algo de práctica. Hay jóvenes que les gusta poder manejar el arma, uno cree que nada más es de llegar y jalarle, pero no es así, somos más de 200 socios, pero no solo practican, unos tiran y otros aplauden”.

​SJHN

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