La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) colabora con especialistas de Alemania y Cuba para la creación del Centro Alemán-Latinoamericano de Investigación y Formación en Infección y Epidemiología (abreviado con el acrónimo en inglés GLACIER), para formar estudiantes de doctorado en investigación y prevención de enfermedades infecciosas y futuras pandemias, con un enfoque multidisciplinario e integral.
El centro cuyo funcionamiento iniciará en agosto de este año, fue creado bajo la dirección conjunta de la UNAM, el Instituto de Inmunología Médica de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg, el Instituto Leibniz de Bioquímica Vegetal, el Instituto de Virología del Hospital Universitario Charité de Berlín y la Universidad de La Habana.
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El Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) financia el centro de salud GLACIER con 2.8 millones de euros durante cinco años, gracias a fondos especiales proporcionados por el Ministerio de asuntos exteriores de Alemania, informó Ana Elena Escalante Hernández, directora del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
Por parte de la Universidad Nacional, el IE es la entidad responsable del proyecto en el cual también colaboran expertos de seis entidades universitarias más: el Instituto de Ingeniería, Instituto de Química y el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, el Programa Universitario de Investigación en Salud y la Escuela Nacional de Estudios Superiores Mérida.
“La sede de GLACIER en la UNAM estará principalmente enfocada en la formación doctoral con actividades de investigación transdisciplinaria para el monitoreo de enfermedades emergentes, innovación en fármacos antimicrobianos, análisis masivo de datos y creación de política pública basada en evidencia científica, gracias al vínculo con instituciones públicas y privadas en materia de salud y producción farmacéutica”, explicó Escalante Hernández en un comunicado.
Entre los temas que se abordarán están: análisis de grandes bases de datos sobre el efecto de ciertas políticas públicas en la atención de las pandemias, análisis bioinformáticos sobre la diversidad de virus a nivel genómico, vigilancia epidemiológica de corte ecológico monitoreando reservorios zoonóticos de patógenos potencialmente emergentes, la innovación en la creación de fármacos y vacunas, y tratamientos farmacológicos para el combate de estas enfermedades emergentes.
“El Centro GLACIER tiene como objetivo reunir a diferentes universidades u organizaciones académicas para facilitar el intercambio alrededor de la problemática que ahora vivimos, que es la emergencia de pandemias en el planeta de manera global”, adelantó.
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Propiciará el establecimiento y consolidación de laboratorios de investigación y formación de posgrado en la UNAM y en la Universidad de La Habana, contribuirá a reforzar las capacidades y competencias locales de investigación y enseñanza, también tendrá impacto directo en la sociedad y la política a través de la cooperación con autoridades, organizaciones no gubernamentales y empresas biofarmacéuticas de Latinoamérica, añadió.
Sus tareas centrales incluyen aspectos relativos al surgimiento y prevención de pandemias, así como el desarrollo de vacunas y agentes antiinfecciosos que sean adecuados para los países de la región.
A través de este financiamiento, indicó, se busca que las instituciones asociadas al proyecto puedan facilitar la participación de estudiantes, sobre todo de doctorado y posdoctorado, académicos y profesores para generar, conjuntamente, proyectos de investigación a través de los cuales, de manera interdisciplinaria, los estudiantes adquieran capacidades para enfrentar la presente y futuras pandemias.
El centro está comprometido con el enfoque integral “una sola salud" (“one health”). A partir de esta premisa, en la iniciativa se busca la cooperación entre diversas disciplinas: virología, investigación sobre vacunas y medicamentos antimicrobianos, ecología de enfermedades emergentes, análisis masivo de datos, además del vínculo entre la información generada y la creación de políticas públicas.
“La salud tradicionalmente la entendemos como la salud humana, pero cada vez nos damos más cuenta que ésta depende de la salud ambiental (animal, de los ecosistemas). Una salud es un concepto transversal, por eso en este proyecto estamos viendo más allá de tratamientos para humanos, vamos a monitorear animales en la selva, estimar el riesgo que representa la deforestación y estimar cómo las actividades humanas en el ambiente perturban la naturaleza y nos pueden regresar en forma de pandemias”, concluyó Escalante Hernández.
FS