Alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) reprochan que dentro o fuera de los planteles, pues “lo único seguro” es ser víctima de un delito.
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Los estudiantes del CCH Oriente aseguran que pese a la implementación del programa Sendero Seguro, que fue reforzado tras un acuerdo en el gobierno de la Ciudad de México y la UNAM, no se sienten a salvo, pues en los últimos ocho meses fueron asesinadas tres alumnas.
Miranda, de 18 años, fue secuestrada a la salida de la institución el 20 de agosto de 2018 y aunque sus padres recibieron una llamada pidiendo cinco millones de pesos para liberarla, su cadáver fue encontrado calcinado al día siguiente.
Por su parte Jennifer, de 16 años, desapareció el 20 de marzo de este año y su cuerpo fue hallado seis días después.
El lunes 29 de abril, Aideé Mendoza, una estudiante de 18 años, murió al recibir un balazo cuando estaba dentro de un salón de clases.
“Es una burla decir que hay un programa llamado Sendero Seguro en el plantel. Aquí lo único seguro es que saliendo te asalten”, aseguró María Hernández, estudiante de sexto semestre quien, al igual que varios de sus compañeros, lamentó la situación de inseguridad que sufren en los alrededores del centro educativo.
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Álex acusó que sufrió un asalto en abril a dos calles de la escuela, mientras que Ángela logró escapar de tres hombres que intentaron subirla a un automóvil.
“Bajé de mi autobús (RTP), crucé un puente y empecé a caminar para llegar a la parada de la combi, había menos luz de lo habitual y no pasaba la combi por lo que decidí caminar. En eso veo de reojo que me empezaba a seguir un auto, iba un poco lento y alcancé a ver que iban tres tipos adentro”, recordó Ángela, alumna de cuarto semestre del CCH Oriente.
“De pronto escuché que dijeron ‘agárrala’ y tomaron mi brazo, entré en pánico y lo golpeé (al hombre que intentó subirla al auto), le di una patada y hasta lo rasguñé y me eché a correr. Me metí a una calle donde no pasan coches, esperé un poco y volví a correr hacia mi casa. Era la segunda vez que me pasaba algo así”, narró.
Irónicamente, a 200 metros del CCH Oriente se encuentran instalaciones de la Secretaría de Marina, pero incluso frente a este edificio los alumnos aseguran haber sufrido asaltos sin recibir ayuda de policías de la ciudad o de Auxilio UNAM.
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“Íbamos en el CCH Bus, ya estábamos frente al estacionamiento de alumnos y se subieron tres tipos armados a asaltar. Nos quitaron carteras y celulares y luego se bajaron y corrieron a las unidades que están junto a CCH en la colonia Ejército Constitucionalista”, cuenta Daniel, quien perdió la cartera y el teléfono.
A Valentín Almazán, de cuarto semestre, le fue peor, pues perdió hasta su chamarra en un asalto cerca del Metrobús El Rodeo.
“Iba bajando del Metrobús en la estación El Rodeo, eran como las nueve de la noche y estaba muy obscuro; se acercaron dos tipos, cada uno de ellos con una pistola, me quitaron mi celular, mi mochila y hasta mi chamarra”, comentó.
Los estudiantes indicaron que el plantel está rodeado de colonias consideradas peligrosas por los estudiantes y donde, aseguran, se trafican drogas, desmantelan autos robados y es usual la presencia de delincuentes armados.
Algunas de ellas son Ejército Constitucionalista, Renovación, Rodeo, Santa María Aztahuacán y Agrícola Oriental.
En CCH Azcapotzalco también se sienten inseguros
Los estudiantes denunciaron la falta de seguridad tanto dentro como fuera del plantel, al que cualquier persona puede entrar, porque no revisan credenciales de identificación ni hay ningún tipo de control sobre las personas que ingresan.
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Tras el asesinato de la alumna del CCH Oriente, Aideé Mendoza, indicaron que también se sienten inseguros por la falta de atención de las autoridades estudiantiles para evitar la entrada de personas ajenas al plantel.
Isabel, una estudiante de primer semestre, acusó que hay estudiantes que ingieren alcohol o se drogan y las personas que “supuestamente” vigilan no reaccionan.
Aseguró que afuera de la escuela la seguridad es nula, pues seguido hay asaltos, y algunas veces hay un solo policía en las inmediaciones.
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En tanto, Sofía dijo que como mujer enfrenta más inseguridad, ya que tiene que cruzar el puente peatonal cercano al plantel y en la entrada hay chicos que se le quedan viendo y le da miedo que la asalten.
Aunque mencionó que ha mejorado un poco la seguridad y hasta el personal del Jurídico ya se da más vueltas por la escuela, pero el director del plantel nunca se “asoma”.
Sin embargo, precisó que no se puede culpar de todo a la institución, y reconoció que ha mejorado un poco en comparación con otros años.
FLC